Una Guía de Práctica Clínica publicada en el 2003 1, en relación al tipo de tubo para emplear en la sonda nasográstrica para nutrición enteral establece: "Los Tubos de PVC deben ser evitados ya que irritan la nariz y el esófago e incrementan los riesgos de reflujo gástrico y de aspiración. También precisan un recambio frecuente ya que se degradan con el contacto con el contenido gástrico. Los tubos de poliuretano y de silicona se pueden mantener al menos durante un mes".
Otra Guía actualizada en el 20042, establece el recambio de los tubos de larga duración (poliuretano o de silicona) cada 4-6 semanas, colocándolos en el otro orificio nasal. Esta Guía parte de una indicación de nutrición enteral a través de sonda nasogástrica, de una duración prevista menor de 6 semanas. Si la necesidad de nutrición enteral va a ser superior a este plazo, recomiendan realizar una enterostomía, contraindicando el tubo nasogástrico.
Una revisión publicada en el año 2004 en la revista en Anales de Navarra 3sobre nutrición de pacientes oncológicos , en relación con el tipo de sonda nasogástrico dice: "Se deben desechar las sondas de cloruro de polivinilo (PVC), que son baratas, por el riesgo de ulcerar o incluso necrosar y perforar zonas gastroduodenales. Estas sondas, que se siguen por desgracia colocando, se endurecen ante los cambios de pH digestivo y obligan a su recambio cada pocas semanas.Las sondas de silicona no están disponibles en nuestro país y, a pesar de sus buenas características, su precio ha hecho que sean sustituidas en casi todo el mundo por las de poliuretano ("poliuretano de uso médico"), que pueden mantenerse en tubo digestivo varios meses. Al cabo de este período (4-6 meses) deben recambiarse, comprobándose entonces el endurecimiento y ennegrecimiento de su extremo distal."