Al revisar la ficha técnica de la Agencia Española de Medicamentos (1), la evaluación del fármaco en DrugDex(2), o los boletines de evaluación de varios servicios autonómicos(3,4), la indicación de empleo de la eplerenona se sitúa en pacientes con insuficiencia cardíaca por disfunción ventricula rizquierda como complicación de un infarto agudo de miocardio(IAM). Esta indicación está basada en un ensayo clínico aleatorizado, publicado en el 2003, y realizado en más de 6.000 pacientes con insuficiencia cardíaca tras un IAM(5) en los que se comparó el tratamiento de eplerenona con placebo. Los resultados, tras un seguimiento de 16 meses, mostraron una reducción de la mortalidad y de los ingresos hospitalarios en la rama de eplerenona.
De las mismas fuentes (1-4) se concluye que el empleo de la eplerenona no supone una ventaja sobre la espironolactona en cuanto a la reducción de hiperpotasemia. Cabría esperar un beneficio potencial, relacionado con la mayor selectividad de los receptores de la aldosterona de la eplerenona, en la incidencia de ginecomastia o disfunciones sexuales en los varones; pero no se han realizado comparaciones directas, en estudios amplios entre ambos fármacos, para poder afirmarlo.
En un ensayo clínico publicado en el 2010, se comparaba, en 226 pacientes con insuficiencia cardiaca leve o moderada y con disfunción ventricular izquierda, el efecto de la eplerenona con el placebo(6). Tras 9 meses de seguimiento no se observaron diferencias estadísticamente significativas, ni en síntomas por insuficiencia cardíaca , ni en calidad de vida, ni en parámetros de remodelado del ventrículo izquierdo.
La unica comparación directa encontrada, en un ensayo clínico, entre eplerenona y espironolactona está realizada en 34 pacientes diagnosticados de hiperaldosteronismo primario(7). Tras un seguimiento de 6 meses, las cifras de tensión arterial y el riesgo de hiperpotasemia, fueron similares para los dos principios activos.