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La búsqueda realizada en bases de datos de estudios, guías de práctica clínica y sumarios de evidencia, tan solo ha identificado criterios explícitos de derivación de la atención primaria a la hospitalaria en dos guías.

La guía de práctica clínica, incluida en Guíasalud, sobre cistitis no complicada en niñas⁽¹⁾, establece como recomendaciones que:

• "La cistitis en una niña en sí misma nunca es tributaria de derivación por parte del pediatra a otro especialista".
  
• "Se deberá derivar a aquellas niñas que presenten cistitis bacterianas confirmadas de repetición a pesar de un tratamiento correcto y de aplicar medidas higiénicas y de fisiologismo urinario preventivas (sospecha de “disfunción vesical”). El especialista al que remitir a la paciente dependerá del centro de referencia (nefrólogo pediátrico, infectólogo pediátrico, cirujano pediátrico, urólogo pediátrico).
  

Una guía inglesa de infección urinaria en niños⁽²⁾, incluye los siguientes criterios de derivación del médico de familia ("General practitioner") a la atención secundaria:

• Para confirmar el diagnóstico en niños con menos de 3 meses y con sospecha de infección urinaria.
• En niños entre 3 meses y 3 años de edad:
  • Serían criterios de derivación urgente:
    
    • Al Hospital: si presentan una infección urinaria y tienen un riesgo elevado de enfermedad severa (de acuerdo a  la clasificación que contiene la guía). Valorar el remitir si presentan un nivel de riesgo intermedio para enfermedad severa.
      
    • A un especialista pediátrico,si presentan: mala respuesta a un tratamiento apropiado, historia o datos clínicos que sugieran una obstrucción urinaria (hipertensión arterial, disminución de flujo urinario, retraso en el crecimiento, fiebre recurrente o de origen desconocido), un diagnóstico antenatal de anormalidad renal, una historia familiar de reflujo vesicoureteral o enfermedad renal, vejiga urinaria aumentada de tamaño, masa abdominal, o lesión medular.
  • Criterios de derivación no urgente:
    
    • Con edad menor de 6 meses.
    • Historia previa de infección urinaria (probable o confirmada).
• En niños mayores de 3 años:
  • Derivación urgente a un especialista pediátrico si presentan: mala respuesta al tratamiento apropiado, historia o datos clínicos que sugieran una obstrucción urinaria (hipertensión arterial, disminución de flujo urinario, retraso en el crecimiento, fiebre recurrente o de origen desconocido), diagnóstico antenatal de anormalidad renal, historia familiar de reflujo vesicoureteral o enfermedad renal, vejiga urinaria aumentada de tamaño, masa abdominal o lesión medular.
  • Derivación no urgente si presenta una historia previa de infección urinaria (probable o confirmada).