Al revisar la literatura apreciamos la distinción en los estudios entre cicatriz hipertrófica y queloide. La primera es una cicatriz sobreelevada, por sobrecrecimiento del tejido cicatricial, que no se extiende a tejido circundante. El queloide es una cicatriz irregular de crecimiento brusco y progresivo resultante de la formación de cantidades excesivas de colágeno en la dermis durante la reparación del tejido conectivo. La formación de cicatrices hipertróficas es más frecuente en las personas de piel clara y tiende a producirse después de una cirugía y lesiones por quemaduras, mientras que la formación de cicatrices queloides es más frecuente en las personas de piel más oscura y se produce después de lesiones triviales como picadura de insectos, colocación de pendientes y vacunación.
Una revisión de Uptodate(1) describe las distintas opciones de tratamiento de los queloides:
- Corticoides intralesionales: son la primera línea de tratamiento para la mayoría de los queloides. Incluyen los resultados de una revisión sistemática(2) en la que el 70% de los pacientes responden a la administración de los corticoides intralesionales (aplanamiento de los queloides), aunque la tasa de recurrencia es alta en algunos estudios (sobre el 50% en 5 años).
- Excisión quirúrgica: puede estar indicada si la administración de corticoides intralesionales no es útil o es poco probable que produzca una mejoría significativa. La excisión debería combinarse con inyecciones de triamcinolona o interferón en el preoperatorio, intraoperatorio y postoperatorio.Las tasas de recurrencia en pacientes tratados sólo con excisión oscilan entre el 45 y 100% mientras que en pacientes con terapia combinada son inferiores al 50%. El uso postoperatorio de imiquimod tópico cada dos días puede disminuir también la tasa de recurrencia.
- Cubiertas de gel de silicona: se describe una revisión sistematica(3) en la que se incluyeron 13 ensayos, con 559 personas, con edades que oscilaban entre 2 y 81 años. Los ensayos compararon la cubierta de gel de silicona adhesiva con el control; cubierta de gel de silicona no adhesiva; placas de silicona con agregado de vitamina E; terapia con láser; inyección de acetónido de triamcinolona y cubierta de gel de silicona no-adhesiva. En los estudios de prevención, al comparar la cubierta de gel de silicona con ninguna opción de tratamiento, ésta redujo la incidencia de cicatrices hipertróficas en personas propensas a la formación de cicatrices, (RR 0,46; IC del 95%: 0,21 a 0,98), pero los estudios fueron de baja calidad y los resultados pueden presentar sesgos importantes. La cubierta de gel de silicona produjo una mejoría estadísticamente significativa en la elasticidad de la cicatriz, (RR 8,60; IC del 95%: 2,55 a 29,02), pero nuevamente los estudios pueden estar sesgados por la baja calidad metodológica. Concluyen los autores de la revisión, que los ensayos que evalúan la cubierta de gel de silicona como tratamiento para las cicatrices hipertróficas y queloides son de calidad deficiente y podrían presentar sesgos. Respecto a su uso como prevención para las cicatrices anormales en individuos de alto riesgo existen pruebas poco sólidas de que puede reducir la incidencia de cicatrices anormales pero la calidad deficiente de la investigación implica que aún existe mucha incertidumbre. Por otra parte, en la evaluación crítica(4) realizada a un ensayo clínico considerado en la revisión Cochrane como pendiente de evaluación(5), los autores encuentran que las láminas de poliuretano sin sílicona son significativamente más efectivos que las láminas de silicona en la reducción de los efectos cosméticos de las cicatrices hipertróficas maduras cuando se aplican durante un período de 8 semanas, especialmente cuando se usan junto con compresión.
- Criocirugía: es de mayor utilidad en combinación con otros tratamientos (corticoides intralesionales), aunque cerca de un 50% de pacientes pueden responder a crioterapia sóla. El mayor efecto adverso es hipopigmentación permanente, limitando su uso en pacientes con piel oscura.
- Pendientes de presión: estudios no controlados han mostrado que la presion puede ser efectiva en el tratamiento de queloides en las orejas secundarios a perforación. Los pendientes también se conocen como plantillas de Zimmer.
- Radiación: muchos estudios encuentran que la radiación puede ser altamente efectiva en reducir la recurrencia de los queloides cuando se administra tras la excisión quirúrgica. Sin embargo, los riesgos a largo plazo asociados al uso de radiación para una afectación benigna limitan su utilización en la mayoría de los pacientes. Podría ser ocasionalmente apropiada en queloides resistente a otros tratamientos y que no pueden ser resecados.
- Interferón alfa: la inyecciones de interferón alfa pueden reducir la tasa de recurrencia postoperatoria aunque los estudios disponibles presentan problemas metodológicos y no se puede hacer una recomendación de su uso basada en la evidencia.
- Fluorouracilo intralesional (5-FU): en base a dos series de casos, 5-FU parece ser benificiosa en el tratamiento de los que queloides.
- Láser pulsado: su utilización puede ser beneficiosa en el tratamiento de los queloides. La combinación del laser con corticoides intralesionales y/o 5-FU intralesional parece obtener mejores resultados.
- Otros: otros tratamientos usados para los queloides incluyen verapamilo intralesional y crema tópica de imiquimod. Sin embargo, actualmente hay insuficiente evidencia para hacer recomendaciones definitivas sobre estos tratamiento. Como comentabamos previamente, imiquimod parece aportar beneficios cuando se utiliza después de la excisión quirúrgica del queloide.
La búsqueda ha identificado dos sumarios en Dynamed (6,7) que , a lo expuesto previamente, sólo aportan que la aplicación tópica de mitomicina C, tras la excisión quirúrgica de un queloide, no parece modificar la tasa de recurrencia.
En una revisión sistemática(8), no incluida en los sumarios, los resultados ponen de relieve el papel primordial de láminas de gel de silicona y los corticosteroides intralesionales en el manejo de una amplia variedad de cicatrices anormales. Los autores concluyen que estos son los únicos tratamientos para los que existe suficiente evidencia para hacer recomendaciones basadas en la evidencia. Consideran necesario que muchas de las terapias utilizadas en la práctica común y los nuevos tratamientos emergentes sean sometidos a estudios a gran escala y con seguimiento a largo plazo antes de recomendarlas de forma concluyente como tratamientos alternativos para el manejo de las cicatrices.
Respecto a los tratamientos con silicona en el manejo de cicatrices hipertróficas y queloides, en una revisión narrativa reciente(9) el autor observa que los ensayos clínicos y la experiencia clínica sugieren que las nuevas formulaciones de gel de silicona son equivalentes en eficacia a las tradicionales láminas de silicona pero más fáciles de usar.