Encontramos en una guía de práctica clínica(1) que el objetivo, en pacientes con enfermedad coronaria o enfermedad aterosclerótica sintomática, es conseguir un LDL colesterol < 100 mg/dl o de 70 mg/dl en el caso de pacientes de muy alto riesgo (múltilples factores de riesgo) (Nivel de evidencia A). Esta misma recomendación se constata en una actualización más reciente (2) que además recomienda, en base al ensayo SPARCL(3), la administración de estatinas y reduccion intensa del nivel de lípidos en pacientes con ictus isquémico aterosclerótico o AIT sin enfermedad coronaria conocida para reducir el riesgo de ictus y eventos cardiovasculares (Nivel de evidencia B).
En el citado ECA(3) los pacientes incluidos tenían un nivel de LDL-C entre 100 mg/dL (2.6 mmol/L) y 190 mg/dL (4.9 mmol/L). Durante la fase de tratamiento los niveles medios de LDL-c en el grupo de tratamiento con atorvastatina fue de 73 mg/dL (1.9 mmol/L) y en el grupo placebo de 129 (3.3 mmol/L)mg/dL. Como resultado se muestra que la reducción de los niveles de LDL-C > 50% conlleva una disminución del riesgo del ictus fatal y no-fatal del 31%, sin un incremento significativo de ictus hemorrágico (la ausencia de riesgo de ictus hemorrágico con la reducción de los niveles de LDL-C también es identificada en un ECA posterior (4)).
Destacamos además un meta-análisis(5) reciente que incluye 7 ECAs (29,395 pacientes) que comparan tratamientos con estatinas de diferente intesidad en pacientes con efermedad coronaria. Como resultados obtiene que la terapia intensiva con estatinas es segura y bien tolerada y mejora los resultados en prevención secundaria de IAM e ictus en pacientes con enfermedad coronaria conocida, independientemente de los niveles basales de LDL-c. Concluye, sin embargo, que son necesarias investigaciones futuras para establecer el nivel óptimo de LDL colesterol, el papel de la terapia intensiva con estatinas en pacientes sin enfermedad coronaria y el papel de la terapia combinada.