Un sumario de evidencias (SE) (1) sobre el manejo de la fiebre indica que "los métodos físicos de enfriamiento como el baño, el ventilador, las mantas enfriadoras o el lavado con esponja húmeda, como intervenciones diseñadas expresamente para bajar la fiebre pueden interferir con el rol beneficioso de la fiebre durante la enfermedad". Entre los efectos adversos más comunes incluyen: escalofríos, llanto e incomodidad. Pasar una esponja con agua fría puede causar enfriamiento periférico, sin embargo la constricción de los vasos sanguíneos puede llegar a causar la conservación del calor. El SE incluye una revisión sistemática (RS) que trata de evaluar los beneficios y perjuicios de los métodos físicos de enfriamiento utilizados para el manejo de la fiebre. No encuentra suficientes datos para demostrar o refutar que estos métodos sean efectivos, por si solos, para normalizar la temperatura, aunque señala que el lavado con una esponja húmeda junto con paracetamol consiguió mejores efectos antipiréticos que el medicamento solo. En otra RS compararan distinto tratamientos para reducir la fiebre y las recomendaciones para la práctica estableciendo que la evidencia no apoya el uso rutinario de la esponja húmeda para reducir la fiebre, aunque puede aumentar el confort.
Un Best Practice (BP) (2) sobre el manejo del niño con fiebre, señala que el propósito principal de cualquier intervención es aumentar el grado de confort del niño (o disminuir su incomodidad). También que las intervenciones que se realicen deben favorecer las respuestas fisiológicas del cuerpo, por ejemplo, fomentar la ingesta de líquidos y retirar las prendas en exceso o superpuestas (ambas con NIVEL IV). No apoya la aplicación rutinaria de la técnica de la esponja para la bajada de la fiebre (NIVEL II). Indica que la ansiedad de los padres puede verse aliviada si se les da la oportunidad de bañar al hijo, si disfruta del mismo y no muestra signos de incomodidad (NIVEL IV). También con NIVEL IV, hace otra recomendación referida a las fuentes de la información que los padres puedan tener con Internet sobre métodos físicos para la bajada de la fiebre, no recomendando el uso de ese medio como sustituto de la consulta a un profesional de la salud.
Una revisión literaria (3) sobre los métodos físicos antipiréticos convencionales en UCI, tales como: bolsas de hielo en cuello, axilas e ingles y mantas refrescantes (Conducción); técnica de la esponja con agua o alcohol y paños fríos (Evaporación); ventiladores (Convección); lavado nasofaríngeo y perfusión cerebral con soluciones frías o refresco de la sangre (Refresco cerebral selectivo); lavado gástrico o peritoneal con solución salina fría; y otros métodos nuevos como el refrescante endovascular, la hipotermia cerebral utilizando un casco frío, o cojines con hidrogel refrescantes. Las conclusiones de la revisión señala unos resultados que levantan algunas dudas ya que el número de estudios comparativos es pequeño y varios tienen una validez limitada. En segundo lugar, los estudios no han aplicado los métodos de la misma manera (por ejemplo, las mantas refrescantes fueron fijadas a diversas temperaturas y en diversos intervalos de tiempo). Dos de los nuevos métodos anti-piréticos físicos aparecen ser más eficaces a la hora de bajar la temperatura que los métodos convencionales, tienen desventajas significativas: uno es altamente invasor (el refrescante endovascular) y el otro se asocia a una alta incidencia de temblores (los cojines). Ambos necesitarán una prueba más extensa en el medio clínico antes de que puedan ser recomendadas.