MurciaSalud
Centro Regional de Hemodonación
Es el tuétano, el tejido que tienen los huesos en su interior, es ahí donde se fabrica la sangre. Tenemos que diferenciarla de la médula espinal con la cuál solo comparte el nombre, siendo ésta el cordón nervioso que desciende desde el cerebro por el interior de las vértebras.
En proporcionar al enfermo las células madre de los globulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas de la sangre procedentes de un donante sano. Estas células "madre", también llamadas progenitores hematopoyéticos, pueden provenir de tres "fuentes" diferentes: Movilizando las células de la médula, mediante el uso de unos fármacos llamados factores de crecimiento hematopoyético y recogiéndolas a traves de una punción en una de las venas del brazo.
Extrayendo del hueso de la cadera, mediante una jeringa, una pequeña cantidad de estas células. Este acto se realiza bajo anestesia general o epidural, y siempre en un hospital especializado, situado en la misma localidad o en la más cercana posible al lugar de residencia del donante.
Del cordón umbilical de recién nacido. Este es una fuente rica en progenitores hematopoyéticos, aunque dado su limitado volumen, hoy por hoy solo se utiliza para trasplantar a otro niño que resultase compatible.
La donación de médula ósea no deja secuelas. La médula del donante se regenera en pocos días y la estancia en el hospital es de 24 horas.
El trasplante de médula ósea ha significado un gran avance en la lucha contra enfermedades de la sangre, como la leucemia, linfomas, etc, así como contra otros tumores malignos. Consiste simplemente en la sustitución de las células madre de los glóbulos rojos, de los blancos y de las plaquetas de la sangre del enfermo por las de un donante sano. Estas células madre son transfundidas al enfermo por vía endovenosa, como en una transfusión sanguínea. A las 2 ó 3 semanas, la médula transfundida empieza a producir células normales en el enfermo. El trasplante se utiliza en combinación con quimioterapia y/o radioterapia, métodos que destruyen la médula ósea del paciente; dado que el 70 % de los enfermos no dispone de donantes compatibles en su familia, es necesario el trasplante de la médula ósea de un donante sano, voluntario y no emparentado.
Es aceptar firmemente el compromiso moral de donar médula ósea a un enfermo de cualquier parte del mundo, que, sin disponer de familiares compatibles, requiera un trasplante. El requisito inicial es cumplimentar un formulario y someterse a una pequeña extracción de sangre, como para un análisis de rutina con el fin de determinar el grupo de histocompatibilidad (HLA).
Puede incluirse en la red mundial de donantes de médula ósea, a través del Registro Español de Donantes de Médula Ósea (REDMO), toda aquella persona con edad comprendida entre 18 y 40 años y que disfrute de buena salud. El criterio de buena salud consiste en no sufrir enfermedad cardiovascular, renal, pulmonar, de hígado u otras afecciones crónicas que requieran tratamiento continuado, y no tener antecedente de análisis positivos para las infecciones de los virus hepatitis B, C y del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA).
No existe otro riesgo que el de la anestesia general o epidural, riesgo que es muy bajo, en personas sanas la probabilidad de complicaciones es de 1 por 50.000 casos. Por efecto de la extracción sólo puede aparecer un leve dolor residual en la cadera que desaparece a los pocos días de la donación.
Las circunstancias personales o físicas de una persona pueden variar a lo largo del tiempo y, por consiguiente, un donante es libre de darse de baja del registro, si así lo desea, en cualquier momento. Sin embargo, ser donante de médula ósea implica un compromiso moral que debe ser cuidadosamente meditado antes de inscribirse en el registro, y se espera que el donante no cambie de idea si de ello depende la vida de un semejante.
El donante no recibe compensación económica alguna. Pero los posibles gastos derivados del proceso de donación le serán costeados en su totalidad. La compensación que recibe es la satisfacción de haber salvado una vida, o por lo menos de haberlo intentado.
La leucemia es un cáncer de la sangre, la médula ósea, órgano donde nacen las células hematológicas, presenta una disfunción y produce glóbulos blancos anómalos y en número incontrolado, en detrimento del resto de las células componentes de la sangre (glóbulos rojos y plaquetas).
Entre 60 y 100 personas por millón de habitantes, de los cuales más de la mitad son niños, se ven afectados cada año por esta enfermedad. Muchos de estos pacientes tienen la posibilidad de salvar su vida mediante un trasplante de médula. Sin tratamiento es una enfermedad rápidamente mortal.
Si cumple los requisitos mínimos, pero tiene alguna duda, se la podemos aclarar de forma confidencial.
Escriba un correo a crh@carm.es (contestación en máximo de 24 horas).