Planta herbácea de hasta 1'50 metros de altura que crece en prados montañosos. Los tallos son erectos, altos, coronados por racimos de largas flores azules, púrpuras, blancas, amarillas o rosas, con numerosos estambres. Se distinguen por tener uno de los cinco sépalos (el posterior), en forma de yelmo cilíndrico. La floración se produce desde mediados del verano hasta el otoño. Las raíces, que son anchas y con forma de tubérculo, pueden ser confundidas con las de los nabos o con las de otra planta comestible como el apio silvestre, lo que constituye el motivo más frecuente de intoxicación. Todas las partes de la planta son tóxicas, en particular las raíces y las semillas que tienen la máxima concentración de principios tóxicos. En nuestro país se encuentra en la cordillera Cantábrica, Pirineos y Sierra Nevada.
El acónito está considerado como la planta más tóxica de Europa y es potencialmente mortal. El principal componente activo es el alcaloide aconitina (una de las más poderosas toxinas vegetales que existen), que tiene una potente acción neurotóxica y cardiotóxica. El sólo contacto cutáneo produce anestesia local y menos de 5 mg (presentes en tan sólo 5 gramos de raíz) pueden causar al muerte de un adulto transcurridas tan sólo unas horas desde la ingesta.
El contacto cutáneo se manifiesta como prurito y anestesia local aunque, generalmente, se trata de reacciones poco importantes. La ingesta produce una sensación de quemazón y parestesia en labios, lengua y boca y, a continuación se presenta un cuadro neurológico característico con hormigueo de las extremidades, estado de confusión, trastornos visuales e incluso convulsiones, que en los casos graves desemboca en una parálisis progresiva de los centros bulbares que se manifiesta con dificultad respiratoria. La cardiotoxicidad produce a arritmias o trastornos de la conducción y shock. La muerte puede producirse en pocas horas.
Debe realizarse en UCI, por el pronóstico siempre grave del intoxicado, cuyo estado puede deteriorase en pocos minutos. Monitorización, toma de constantes y tratamiento sintomático y de soporte con reposición hidroelectrolítica y atención a la aparición de arritmias o a la necesidad de asistencia ventilatoria. Medidas de descontaminación digestiva con lavado gástrico y carbón activado. No se conoce un antídoto específico.
Varón joven, experto en recolectar plantas silvestres para ensalada. Cree recoger raíces de apio silvestre y en realidad prepara una ensalada con acónito, que ingiere.
A los 20 minutos presenta anestesia bucal y parestesias en miembros inferiores. Acude a un Centro de Salud en donde se le administra un emético (que no es efectivo), antihistamínicos y corticoides, pensando que se trata de una reacción alérgica. Pasados 40 minutos desde la ingesta, comienza con debilidad en miembros inferiores, calambres y ataxia, por lo que es enviado a un hospital comarcal en donde a la clínica descrita se añade: confusión, vómitos, diarreas, signos extrapiramidales, hipotensión y taquipnea, con pH de 7,53. En el ECG se aprecia una taquicardia ventricular (TV) tipo "torcida de puntas".
Se repone volumen y potasio y se administra oxígeno con mascarilla tipo Venturi, transfieriéndolo a un hospital de la ciudad más cercana en donde se confirma la TV descrita y se objetiva hipotensión (TA: 80/60), hipopotasemia e hipomagnasemia (2,9 y 1,8 mEq/l, respectivamente). Ingresa en UCI en donde se monitoriza. La presión venosa central es de + 3 cm H2O. Se comienza con reposición volumen, cloruro potásico y magnesio y se realiza descontaminación digestiva mediante lavado gástrico y administración de carbón activado. Epicrisis. Resolución de la TV y recuperación del paciente, sin secuelas.