La primera valoración de esta función vital es asegurarnos que la vía aérea se encuentra libre y el paciente puede respirar. La vía aérea puede obstruirse por una simple caída hacia atrás de la base de la lengua (es lo más frecuente), secreciones, restos de vómito, prótesis dentales, etc. Es un axioma que "la combinación intoxicación aguda más depresión del nivel de conciencia es igual a obstrucción de la vía aérea".
Si se constatan signos o síntomas de obstrucción de vía aérea superior, el tratamiento debe consistir en retirar manualmente los cuerpos extraños, aspirar secreciones, hiperextender el cuello (triple maniobra, modificada en caso de sospecha de lesión cervical), colocar una cánula de Guedel, o proceder a la intubación orotraqueal en caso de estridor (edema laríngeo), sibilancias (obstrucción bronquial) u obstrucción total de la vía aérea (cianosis, escasa o nula expansión torácica, tiraje supraclavicular e intercostal, etc).
La técnica correcta de intubación orotraqueal, debe incluir todo lo siguiente:
En caso de coma sin compromiso respiratorio, hemos de colocar al enfermo en posición de semidecúbito lateral izquierdo y ligero Trendelenburg sin almohada (posición de coma), para disminuir el riesgo de broncoaspiración en caso de vómito y seguir controlando más estrechamente, si cabe, la evolución de la función respiratoria. La intubación no debe ser, en este caso, sistemática sino que depende de la valoración de la profundidad del coma, de la presencia de reflejos faríngeos defensivos, frecuencia respiratoria, volumen corriente, cianosis, gasometría, etc. Ante la duda, siempre es mejor intubar al intoxicado (aunque se precise de un relajante muscular), ya que es la única medida capaz de evitar la broncoaspiración.