No se han identificado, en pacientes diagnosticados de una fístula dudodenal, ensayos clínicos controlados en los que se comparen el tratamiento conservador con el tratamiento quirúrgico; ni guías de práctica clínica que establezcan recomendaciones sobre este aspecto.
Hay publicados ensayos clínicos controlados randomizados, en los que se compara la efectividad de aplicación de somatostatina(1,2) y/o octeótrido(3,4), con el tratamiento conservador (nutrición parenteral, tratamiento de la infección y soporte) en pacientes diagnosticados de una fístula gastroentérica.
También se han encontrado numerosas series de casos, que describen difderentes opciones terapéuticas. La más reciente y con un mayor número de casos, está publicada en el 2006(5) y recoge la experiencia en un Hospital Universitario de 106 pacientes diagnosticados de fístula enterocutánea; de los cuales, en 5 la localización de la fístula era dudodenal. De la experiencia y de la revisión bibliográfica, que realizan los autores, recomiendan para el tratamiento de este tipo de fístulas:
- Iniciar un tratamiento conservador mediante nutrición parenteral o nutrición de soporte enteral, con corrección de de deficiencias de electrolitos y de fluidos, controlar la infección, y realizar cuidados de la piel y pared cutánea.
- La intervención rápida quedaría reservada para casos de obstrucción intestinal o en un estado de sepsis. En los demás casos, intentar operar en varias semanas o incluso meses tras el diagnóstico, una vez que la situación se ha estabilizado y si no se ha producido un cierre espontáneo de la fístula. En esta serie la intervención quirúrgica fue necesaria en el 73% de los casos.
- Una vez estabilizado y antes de intervenir , emplear el octeotrido subcutáneo. En tres días se puede observa el efecto del tratamiento. No le conceden valor al tratamiento de inyecciones locales con fibrina.