No se han encontrado ensayos clínicos ni Guías de práctica clínica sobre el empleo de la fructosa específicamente en las dietas de los niños diabéticos, si en diabéticos adultos, que señalamos a continuación:
- Una Guía de Práctica Clínica (GPC) (1), revisada en el 2006, acerca del manejo de la diabetes mellitus tipo II recomienda que se debe individualizar la nutrición basándose en la valoración de esta y el tratamiento de cada paciente. Señala que no se recomienda la fructosa agregada como agente de dulcificación, que puede tener un efecto adverso en los lípidos en plasma. En cambio, en cuanto a la fructosa natural que se encuentra en frutas, vegetales, y otros alimentos, no necesitan ser evitados.
- La GPC realizada por el Comité de Expertos de la Asociación Canadiense de Diabetes (2) dice en cuanto al consumo de 60 gr. por día de fructosa agregada (alimentos y bebidas azucarados con fructosa) en lugar de una cantidad igual azúcar, que es poco probable que tenga un efecto dañino en la mayoría de las personas con diabetes, Sin embargo, la fructosa no tiene ninguna ventaja definida sobre la sacarosa en el uso a largo plazo. No recomienda el consumo de > 60 gr.de fructosa agregada por día en personas con diabetes.
- En las recomendaciones que hace otra GPC (3) sobre dieta y formas de vida del comité americano de nutrición de la asociación del corazón para evitar desarrollar una enfermedad cardiovascular y diabetes, en cuanto a las opciones para la preparación de los alimentos, señala que se debe limitar el consumo de bebidas y alimentos con cantidades altas en azúcares agregadas. Entre las formas más comunes de azúcares agregadas señala la fructosa.
También se han encontrado tres ensayos clínicos aleatorizados acerca del uso de la fructosa:
- El primero (4) estudia la fructosa dietética como dulcificante natural incorporada durante seis meses a la dieta de 13 pacientes con diabetes tipo II mal controlados. Los pacientes utilizaron 60 gr. por día de fructosa cristalina como parte de su dieta isocalórica (1400-3900 Kcal). No se observó ningún cambio a largo plazo significativo en los lípidos, las lipoproteínas, y los polipoproteinas A-1 y B-100. La fructosa fue tolerada bien sin efectos significativos sobre el peso corporal, o niveles de ácidos láctico y úrico.
- El segundo ensayo (5), cuyo objetivo es determinar el índice de glucosa en sangre (IGS), incremento de los índices más altos (IIA) y tiempos de los índices más altos (TIA) de ocho clases de frutas y de su relación con el tipo y la cantidad de azúcares simples probadas directamente en las frutas. Participaron en el estudio 61 diabéticos tipo II, agrupados en 8 grupos, uno para cada categoría de fruta. No hubo diferencias significativas entre IGS y IIA fueron: uvas = 2.52 +/- 0.26; manzanas = 3.13 +/- 0.75; peras = 3.48 +/- 0.55; naranjas = 4.02 +/- 0.42; melocotones = 4.07 +/- 0.38; albaricoques = 4.08 +/- 0.47; ciruelas = 4.2 +/- 0.45 y plátanos = 4.45 +/- 0.39. Los TIA de uvas (43.3 +/- 5.2 minutos), naranjas (45 +/- 5.6 minutos),y melocotones (45 +/- 5.6 minutos) tenían diferencias estadísticas (p < 0.01) por lo que se refiere a los albaricoques (81.4 +/- 5.5 minutos). IGS fueron correlacionados positivamente con la glucosa total contenida en las frutas (p < 0.05) y con el IIA (p < 0.0002); negativamente con la fructosa libre (p < 0.02) y total (suma de libre y de presente en sacarosa (p < 0.05).
- El tercer ensayo (6), compara las mejoras metabólicas y antropométricas conseguidas con una dieta basada en las recomendaciones de nutrición de la Asociación de Diabetes Americana (ADA) y una dieta modificada, de baja energía que incorpora sustitutos y dulcificantes sin sacarosa. Participaron 16 varones con diabetes tipo II bien controlada, en dos grupos, un grupo recibió la dieta basada en las recomendaciones de nutrición de la ADA, y el otro una dieta que contenía un sustituto (beta-beta-glucanos derivados de la avena) y dulcificantes, una sacarosa y una fructosa modificados, con pocas calorías. Los autores concluyen que una dieta que incorpora un sustituto y dulcificantes de no-sacarosa producen una mayor mejora en variables metabólicas y antropométricas en este tipo de pacientes en comparación con una dieta basada en las recomendaciones de nutrición de la ADA.