Tras la revisión realizada, no es posible concluir que el uso de povidona iodada (PVI) en pacientes con conjuntivitis vírica (habitualmente por adenovirus) muestre un efecto significativamente superior a placebo. En pacientes adultos con queratoconjuntivitis epidémica (QCE) evidencia de certeza baja a muy baja sugiere que la PVI tópica puede tener un efecto terapéutico en comparación con placebo.
En general, las guías de práctica clínica (GPC)(1-3) y sumarios de evidencia(4-6) consultados mencionan que la conjuntivitis vírica (no herpética y sin membranas/pseudomenbranas tarsales) es un proceso autolimitado que suele resolverse en 2-3 semanas y solo precisar tratamiento sintomático (con lágrimas artificiales, compresas frías y antihistamínicos tópicos si prurito intenso).
Encontramos mención al uso de PVI en la GPC de la Academia Estadounidense de Oftalmología(2) en la cual se comenta que la PVI al 0,4%, sola o en combinación con dexametasona al 0,1%, ha mostrado reducir los títulos virales, la propagación del virus, acortar el curso clínico y preservar la función visual. Se hace referencia, además, a un ensayo clínico aleatorio (ECA)(7), en curso en el momento de la elaboración de la guía, que tenía como objetivo evaluar el uso de una concentración más alta de povidona yodada (0,6%), sola o en combinación con dexametasona al 0,1%, frente a placebo en pacientes adultos con criterios de conjuntivitis adenoviral.
De entre los resultados ya publicados de este ECA destacamos, centrándonos en la utilización aislada de PVI al 0,6% (4 veces al día durante 5 días) frente a placebo, que:
- El porcentaje de pacientes con resolución clínica tras 5 días de tratamiento (visita del día 6) fue del 18,0% en el grupo PVI (9/50) y del 10,9% con placebo (5/46) (diferencia no significativa). En la visita del día 12, el 62,0% (31/50) de los tratados con PVI y el 45,7% (21/46) de los tratados con placebo tuvieron resolución clínica (sin diferencia significativa entre los grupos de tratamiento).
- La proporción de pacientes con erradicación adenoviral fue significativamente mayor en el grupo PVI que en el de placebo en el día 3 del tratamiento (32% versus 8,7%; p = 0,005; NNT 5). En cambio, en la visita del día 6 la proporción de pacientes con erradicación fue del 62,0% (31/50) en el grupo PVI, y del 56,5% (26/46) en el grupo placebo (no se describe la significación estadística). En la visita del día 12 los porcentajes fueron del 84,0% y del 76,1%, respectivamente (no se describe la significación estadística).
- La proporción de pacientes con efectos adversos fue del 69,0% en el grupo placebo y del 62,7% en el grupo de PVI (no se describe la significación estadística); la mayoría de los efectos adversos fueron de gravedad leve, no se notificaron efectos adversos graves y no se sospechó que ningún efecto adverso estuviera relacionado con el tratamiento.
En el sumario de evidencia de BMJ Best Practice(4) sobre la conjuntivitis aguda se incluye la PVI entre los tratamientos emergentes para la conjuntivitis adenoviral.
También el sumario de evidencia de Dynamed(5) sobre la conjuntivitis infecciosa hace referencia a la PVI en el contexto del manejo de la conjuntivitis por adenovirus resumiendo los resultados del ECA comentado arriba(7).
En este sumario también se cita una revisión sistemática Cochrane(8) con objetivo de evaluar la eficacia y seguridad de las terapias farmacológicas tópicas versus placebo, un control activo o ningún tratamiento, para adultos con QCE, que define como una afección común, altamente contagiosa e invalidante causada por una infección adenoviral. Entre las conclusiones a las que llegan los autores encontramos que la PVI se asoció con una mayor proporción de participantes con resolución de los signos y síntomas en siete días en comparación con las lágrimas artificiales (evidencia de certeza baja) y que la PVI o el alcohol polivinílico yodado, solos o con esteroides, se asociaron con un riesgo mucho menor de desarrollo de infiltrados subepiteliales (ISE) en comparación con las lágrimas artificiales y los esteroides (evidencia de certeza muy baja). En la revisión son dos los ECA incluidos en los que se evalúa específicamente el efecto de la PVI usada de forma aislada (PVI al 5% utilizada para irrigación ocular diaria hasta la “recuperación”(9) y gotas oftálmicas al 0,6% 4 veces al día durante 20 días(10)).
Una respuesta clínica Cochrane(11) que resume los principales hallazgos de esta revisión concluye que evidencia de certeza baja a muy baja sugiere que la PVI tópica, sola o con dexametasona, puede tener un efecto terapéutico en comparación con placebo en pacientes adultos con QCE. Los resultados asociados al uso aislado de PVI frente a placebo (lágrimas artificiales o salino) que detalla son:
- Resolución de los síntomas a los 10 días de tratamiento: Hubo una diferencia estadísticamente significativa entre los grupos, a favor de PVI (riesgo relativo [RR] 1,15; intervalo de confianza [IC] del 95%: 1,07 a 1,24), con un efecto absoluto de 924 por 1.000 personas (IC del 95 %: 859 a 993) con PVI sola en comparación con 800 por 1.000 personas con lágrimas artificiales o solución salina*.
- Resolución de los signos a los 10 días de tratamiento: Hubo una diferencia estadísticamente significativa entre los grupos, a favor de PVI (RR 3,19; IC del 95%: 2,29 a 4,45), con un efecto absoluto de 638 por 1.000 personas (IC del 95%: 458 a 890) con PVI sola en comparación con 200 por 1.000 personas con lágrimas artificiales o solución salina*.
- Desarrollo de ISE a los 30 días del tratamiento: Hubo una diferencia estadísticamente significativa entre los grupos, a favor de PVI (RR 0,06; IC del 95 %: 0,03 a 0,11), con un efecto absoluto de 41 por 1.000 personas (IC del 95%: 21 a 78) con PVI sola en comparación con 700 por 1.000 personas con lágrimas artificiales o solución salina*.
- Resolución de ISE a los 21 días del tratamiento: Hubo una diferencia estadísticamente significativa entre los grupos, a favor de PVI (RR 7,35; IC del 95 %: 1,01 a 53,78), con un efecto absoluto de 294 por 1.000 personas (IC del 95 %: 40 a 2151) con PVI sola en comparación con 40 por 1.000 personas con lágrimas artificiales*.
- Ninguno de los dos estudios(9,10) informó sobre efectos adversos o número de retiradas.
La búsqueda en las bases de estudios identifica dos revisiones sistemáticas adicionales(12,13) centradas en la conjuntivitis por adenovirus:
- En noviembre de 2023 se publicó como editorial una revisión sistemática(12) que incluyó 4 ECA de los cuales en dos(7,10) se comparó el uso aislado de PVI (al 0,6%, 4 gotas al día durante 5 ó 20 días) frente a placebo en pacientes con conjuntivitis adenoviral. Los resultados del metanálisis en red indicaron que la intervención con PVI sola no es superior a un placebo para aliviar la mayoría de las características clínicas de la conjuntivitis adenoviral. Los autores concluían que este tratamiento no tiene una eficacia clínica significativa para aliviar la mayoría de los síntomas y signos de este tipo de conjuntivitis.
- En la otra revisión sistemática se utilizaron los mismos 2 ECA(7,10) para evaluar el efecto frente a placebo de la PVI y los metanálisis sólo encuentran una reducción significativa en la proporción de pacientes tratados con PVI que desarrollaron ISE. Sin embargo, para los autores este dato debería interpretarse con gran cautela porque se basa en un solo estudio con un número muy pequeño de pacientes y con un alto riesgo de sesgo(10). En este caso los autores concluyen que la evidencia disponible no permite determinar la utilidad de la PVI en la conjuntivitis adenoviral.
*Calculado utilizando la tasa mediana de eventos.