[El quiste de Baker (QB) o quiste poplíteo, es el resultado de una acumulación de líquido sinovial articular fuera de la articulación de la rodilla; se forma detrás de la rodilla en el espacio entre el semimembranoso y el gastrocnemio medial. En adultos, generalmente es el resultado de una anomalía en la citada articulación, como artritis o un desgarro del cartílago. Puede presentarse con hinchazón o dolor, pero la mayoría de los casos son asintomáticos. También podría romperse, provocando dolor intenso e hinchazón de la pantorrilla(1).]
Los sumarios de evidencia consultados no se posicionan acerca del mejor tratamiento a seguir (tratamiento farmacológico versus artrocentesis más infiltración) en un paciente con un QB sintomático. El enfoque terapéutico para el QB dependerá de la sintomatología que pueda ocasionar. Los documentos coinciden en que los QB asintomáticos no requerirían tratamiento (pero se podría considerar realizar otras pruebas de diagnóstico para identificar la causa subyacente de la enfermedad).
El sumario de evidencia BMJ sobre el QB(1) establece que en pacientes sintomáticos el tratamiento a seguir dependerá de la gravedad de los síntomas y de la respuesta al tratamiento conservador o percutáneo. Los pacientes con signos y síntomas menores, como plenitud o molestias leves en la fosa poplítea, se tratarían de forma conservadora. Los tratamientos incluyen fisioterapia y analgésicos simples (p. ej., paracetamol) o fármacos antiinflamatorios no esteroides (AINE).
En pacientes sintomáticos refractarios al tratamiento conservador, si se identifica patología intraarticular subyacente, la corrección de la patología subyacente sería la primera línea de tratamiento. Si hay derrame en la rodilla, la aspiración de la articulación de la rodilla suele ser beneficiosa. Se pueden usar analgésicos simples (p. ej., paracetamol) como complemento para el alivio del dolor o AINE. También puede estar indicada la asociación de fisioterapia.
Añade el sumario que hay estudios que informan que los QB mejoran rápidamente después de la inyección intraarticular de corticosteroides. Por lo tanto, es aceptable intentar la inyección de corticosteroides en pacientes con quistes poplíteos significativamente sintomáticos que no responden a los tratamientos conservadores. De forma adicional se puede realizar una aspiración directa del quiste en casos de grandes acumulaciones de líquido, aunque los quistes pueden reaparecer.
En el sumario de evidencia Uptodate(2) encontramos el mismo posicionamiento en relación al tratamiento del QB sintomático:
- El manejo inicial en adultos consiste principalmente en tratar el proceso subyacente asociado con el quiste.
- En la mayoría de los pacientes con síntomas molestos relacionados con el quiste, los autores sugieren artrocentesis de rodilla y una única inyección intraarticular de glucocorticoides (p. ej., 40 mg de acetónido de triamcinolona) (Grado de recomendación 2C: recomendación muy débil; otras alternativas pueden ser igualmente razonables). Añaden que la aspiración directa del quiste y la inyección del quiste con glucocorticoides es una alternativa adecuada para pacientes con quistes grandes, no comunicantes y/o complejos.
Similar información encontramos en el sumario de evidencia Dynamed(3) que establece que:
- Los síntomas que presenta el paciente suelen estar más relacionados con la patología subyacente asociada de la rodilla que con el quiste poplíteo; por lo tanto, la terapia farmacológica suele estar dictada por dicha patología subyacente.
- Si los síntomas están relacionados con el quiste poplíteo, se pueden usar inyecciones de corticosteroides intraarticulares en un esfuerzo por disminuir el tamaño del quiste y controlar los síntomas.
- El drenaje del quiste mediante aspiración con aguja seguida de inyección de corticosteroides puede proporcionar un alivio temporal de los síntomas, pero se ha informado que está asociado con una alta tasa de recurrencia.
La búsqueda realizada no identifica ensayos clínicos aleatorios que comparen la efectividad de las opciones terapéuticas mencionadas para el manejo del QB.
*En la elaboración de esta respuesta ha colaborado como autora, durante su estancia formativa en el servicio Preevid, Ángeles Velasco Soria, médica especialista en Medicina Familiar y Comunitaria.