En el año 2017 se publicó en el banco de preguntas de Preevid, una pregunta similar acerca de los cuidados de la vía venosa de acceso periférico(1). En esta ocasión se observó, en base a una Revisión Sistemática (RS) también publicada en 2017(2) que la solución de heparina (SH) no es superior al suero fisiológico ( NaCl al 0,9%) (SF) en la reducción de la oclusión de los catéteres venosos centrales de inserción periférica (PICC).
Se ha procedido a actualizar la búsqueda y aunque se ha encontrado información más reciente, ésta sigue sugiriendo que el uso de SH no mejora la oclusión de los PICC en comparación con el SF.
La Guía de Práctica Clínica (GPC) de “National Institute for Health and Care Excellence” (NICE) sobre fluidoterapia intravenosa en adultos hospitalizados(3), publicada en 2017, establece que no hay evidencia suficiente para respaldar los lavados con SH. Se recomienda lavar y bloquear las luces del catéter venoso central (CVC) con SF. Sin embargo, las pautas de NICE también recomiendan que, cuando lo indique el fabricante, los reservorios subcutáneos o los lúmenes del PICC podrían lavarse y bloquearse con SH.
El consenso de profesionales de “Infusion Nurses Society” en su guía de “Estándares de práctica de la terapia de infusión”(4), recientemente publicada (2024), indica que en base a las RS consultadas, no hay evidencia suficiente para sugerir que las SH sean más efectivas que el SF para bloquear los PICC.
Una RS, publicada en 2023, acerca de las soluciones de bloqueo para la prevención de complicaciones del CVC en la población adulta de cuidados críticos(5) tuvo como objetivo determinar el alcance y la calidad de la evidencia sobre el uso de diferentes tipos de líquidos de bloqueo para prevenir complicaciones del CVC en pacientes adultos en cuidados críticos. Específicamente, se consideraron las tasas de infección, colonización y oclusión del torrente sanguíneo relacionadas con el catéter. Debido a la heterogeneidad de los tipos de líquidos de bloqueo investigados y al pequeño número de estudios identificados, no fue posible realizar el metanálisis de los resultados y la RS concluyó que, de todos los líquidos investigados, solo el citrato redujo estadísticamente las tasas de complicaciones de CVC. Los autores sugieren que, los estudios futuros deberían ser ensayos clínicos aleatorios (ECA) con el poder estadístico adecuado en esta población de pacientes para facilitar una atención óptima basada en la evidencia.
Otra RS de la Cochrane, publicada en 2022 sobre SH versus bloqueo con SF para la prevención de la oclusión en CVC en adultos(6), tampoco encontró evidencia clara de una diferencia entre SH y el SF (solución estéril de sal en agua) en la prevención de obstrucciones (oclusión) de los CVC, ni en el tiempo que los catéteres permanecieron desobstruidos, ni en el número de efectos secundarios como infecciones, muerte, hemorragias, etc. Los autores también manifiestan que se necesitan más estudios bien diseñados y a gran escala para reducir las incertidumbres.
Por último, en nuestro entorno nacional se publicó en 2022, una GPC sobre el uso de PICC en el paciente crítico(7); en ella se explican las recomendaciones para prevenir la oclusión del catéter:
- Lavar y refluir las luces de los PICC antes de cada infusión y así evaluar la función del catéter para prevenir complicaciones.
- El lavado debería realizarse antes y después de la administración de cualquier tipo de infusión intravenosa y antes y después de la toma de muestras de sangre.
- Lavar el catéter utilizando una técnica de pulsación-pausa (“push and pause” o “start and stop”) o técnica que cree turbulencia dentro del lumen del dispositivo permitiendo la eliminación de residuos.
- Usar un volumen de 10 ml de SF para el lavado.
- Usar volúmenes de 20 ml de SF después de la infusión de soluciones viscosas (medios de contraste radiológico, hemoderivados, nutrición parenteral basada en lípidos).
- Realizar el lavado de manera manual, ya que las infusiones por gravedad o las infusiones impulsadas por bomba no son efectivas en este sentido.
- Utilizar en catéteres de silicona y/o dispositivos no aptos para alta presión, jeringas de 10 ml de volumen para evitar daños por presión en el catéter.
- Usar conectores sin aguja con desplazamiento positivo o neutro, el uso de jeringas sin reflujo y cierre del sistema mantener una presión interna positiva y la adecuada formación del personal implicado en los cuidados del catéter.
- Sellar el catéter en los intervalos de tiempo en el que no está en uso con el fin de prevenir la oclusión de la luz y/o la colonización bacteriana.
- El uso de SF en la prevención de la oclusión de PICC.
- No se recomienda el uso de fármacos trombolíticos/fibrinolíticos para la prevención de la oclusión de PICC.
- No se recomienda el sellado rutinario del catéter central con antibiótico como modo de prevenir la infección.
Si hay oclusión de las luces del catéter se recomienda:
- Como primera medida para restablecer la permeabilidad del catéter obstruido, la administración de SFy en caso de obstrucción completa considerar el uso de agentes específicos con el “método de la llave de tres pasos”.
- El uso de etanol 50-75% en el caso de obstrucción del catéter por lípidos.
- El uso de bicarbonato molar (8,5%) en caso de obstrucción del catéter por medio de contraste.
- El uso de una solución ácida (HCl) en caso de obstrucción del catéter por precipitados de fármacos con bajo pH.
- El uso de una solución básica (NaOH) en caso de obstrucción del catéter en fármacos con elevado pH.
- El uso de terapias trombolíticas (uroquinasa, alteplasa, reteplasa, tenecteplasa y uroquinasa recombinante) para el tratamiento de la oclusión secundaria a coágulos sanguíneos.
- Como terapia trombolítica el uso de 10.000 UI de uroquinasa contenida en 1 ml con 9 ml de NaCl al 0,9% en una jeringa de 10 ml, instilada en el lumen del catéter con la técnica pulsación-pausa. Dejarla actuar durante dos horas antes de aspirarla y lavar la luz con 20 ml de NaCl al 0,9%.