Parece existir unanimidad en la información consultada: en general, se sugiere que la toxina botulínica reduciría los síntomas del bruxismo, aunque la opinión de los expertos es que todavía faltan estudios que respalden el uso seguro y a largo plazo de esta terapia.
Una revisión de Revisiones Sistemáticas (RS) publicada en enero del presente año, acerca de los efectos de diferentes intervenciones sobre el bruxismo(1), evaluó entre otras, la terapia con toxina botulínica (con estudios realizados sólo en población adulta(2-11)). Se comenta en el documento que la terapia se llevó a cabo de forma estandarizada en todas las RS evaluadas, con la inyección de la toxina en los músculos faciales, maseteros y temporales, con una media de 40-60 U y un seguimiento de 6 meses. Con esta terapia se redujeron los dolores de cabeza, la fuerza de la mordida y el dolor muscular, al igual que el número de eventos y la intensidad de los episodios de bruxismo. Refiere que estas toxinas inhiben la transmisión neuromuscular, lo que explicaría su aplicación clínica en el tratamiento del bruxismo. Los autores concluyeron que la toxina botulínica es uno de los tratamiento que mostró efectos positivos en la reducción del bruxismo; aun así manifiestan que todavía faltan estudios que respalden el uso seguro y a largo plazo de esta y otras terapias.
Se han consultado varios Sumarios de Evidencia (SE)(12-14) cuyas actualizaciones son anteriores a la publicación de la revisión de RS(1):
- El SE de UptoDate(12), se basa en pequeños ensayos clínicos aleatorios (ECA) para sugerir que las inyecciones de toxina botulínica tipo A en los músculos temporal y masetero pueden proporcionar un beneficio sintomático en pacientes con síntomas refractarios. Refiere este SE que el mecanismo de acción es disminuir la fuerza de las contracciones de los músculos de la mandíbula y que, por lo general, las inyecciones se administran cada seis meses.
- El SE de Dynamed(13), manifiesta asimismo que, la toxina botulínica tipo A puede reducir el dolor facial crónico asociado con la hiperactividad de los músculos masticatorios.
- Aunque el SE de BMJ(14) indica igualmente que las inyecciones en los músculos masetero y/o temporal para el tratamiento del bruxismo afirma tener éxito, refiere paralelamente que el nivel de evidencia es bajo y esta modalidad de tratamiento debería restringirse a pacientes resistentes a otros tratamientos convencionales(15). Este SE justifica un enfoque conservador y restringir el uso de toxina botulínica a casos más extremos, en base a una RS(5) ya mencionada.
No se han encontrado Guías de Práctica Clínica que recomienden el uso de toxina botulínica A para el tratamiento del bruxismo.