[Las partículas en suspensión tienen una amplia gama de tamaños y se clasifican en función de su diámetro aerodinámico en PM 10 (partículas con un diámetro aerodinámico inferior a 10 micras) o PM 2,5 (diámetro aerodinámico inferior a 2,5 micras)]*
Tras la búsqueda en las bases de datos de estudios se identifican varios estudios observacionales que analizan la asociación entre la exposición a contaminantes ambientales (como material particulado PM10 y PM2,5) y la incidencia de neumotórax espontáneo (NE) pero sólo uno de ellos incluye de forma específica población pediátrica (concretamente adolescentes)(1). En base a los resultados de este estudio de cohortes(1) y de una revisión sistemática(2) que incluyó estudios observacionales en cuyas muestras se incluían niños, se considera que no se puede establecer de manera firme que exista una relación entre la exposición a partículas en suspensión y el desarrollo de NE en niños.
Entre las guías de práctica clínica (GPC)(3-6) y los sumarios de evidencia(7-9) consultados que hacen referencia a los factores de riesgo o etiología del neumotórax espontáneo (NE) tan solo en una GPC de la”European Respiratory Society”(5) encontramos mención al potencial papel de la contaminación ambiental. Se indica en ella que se ha demostrado que los casos de NE primario presentan agrupamiento, un efecto que se supone que se debe a cambios en la presión atmosférica o niveles de contaminación del aire. Hace referencia a un estudio observacional(10) con objetivo de examinar la influencia de las variaciones de los parámetros meteorológicos estándar y las concentraciones de los principales contaminantes del aire en la incidencia del NE. Durante un periodo de 5 años se evaluaron prospectivamente 591 pacientes con NE y cada día en que ocurrió un caso se registraron los parámetros climáticos estándar y la concentración de contaminantes del aire. En los análisis de regresión, considerando las series de contaminantes, los predictores altamente significativos (p = 0,001) fueron la media diaria y máxima de O3 y el mínimo diario de NO2 y, con menor significancia (p = 0,01), la media diaria de PM 10 y el NO máximo y mínimo diario.
En el estudio de cohortes retrospectivo(1) mencionado arriba los autores investigaron la asociación entre la exposición a corto plazo a contaminantes del aire y la aparición de NE primario en adolescentes. Se revisaron los datos de 598 adolescentes (entre 10 y 19 años de edad al momento del ingreso) con NE primario. La asociación entre la exposición a corto plazo a contaminantes del aire (SO2, NO2, O3, CO y PM10) y la aparición de NE primario se evaluó mediante un diseño de casos cruzados. El día-caso se definió como la fecha de ingreso por neumotórax y, para cada paciente, se compararon los niveles diarios de contaminantes del aire en el día-caso con los de los días de control, que se definieron como 1 semana y 2 semanas antes y 1 semana y 2 semanas después del ingreso (un total de 4 días de control por día-caso). A partir de este diseño de casos cruzados, se encontró que ningún contaminante del aire se asoció con neumotórax incidente y se concluye que el NE en adolescentes no se asoció con cambios semanales en la contaminación del aire.
La revisión sistemática con metaanálisis fue publicada en 2021(2), y tuvo como objetivo sintetizar la evidencia disponible sobre la relación entre la aparición de NE y los determinantes ambientales, como los factores meteorológicos y los contaminantes del aire. Incluyó 44 estudios para la síntesis cualitativa y 12 para la síntesis cuantitativa. Entre los estudios incluidos 9 analizaban la relación entre el NE y los contaminantes del aire y 6 de ellos concretamente evaluaban el efecto del material particulado PM 10 y PM 2,5(11-16). En la síntesis cualitativa de estos 6 estudios se indica que: Park et al(11) observaron una asociación positiva entre NE primario y un aumento de la concentración de PM 10 en el día anterior a la aparición del NE (p = 0,012) y de PM 2,5 en el día anterior (p = 0,021) y dos días antes (p = 0,032); Han et al(12) confirmaron esta asociación significativa en el día anterior (PM 2,5: riesgo relativo [RR] = 1,10 [intervalo de confianza, IC, 95% 1,01-1,21); PM 10: RR = 1,09 [IC 95% 1,01-1,18]) y los dos días antes (PM 10: RR = 1,10 [IC 95%: 1,02-1,18]); y Yakşi et al(13) encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los valores medios PM 10 (p= 0,027) de los días con casos de NE y los días sin casos de NE. No obstante, se destaca también que estas asociaciones significativas no fueron confirmadas por los estudios de Marx et al(14,15) y Kim et al(16).
Ninguno de estos estudios se incluyó en el metaanálisis. En 4 de estos estudios se incluyeron niños entre los pacientes evaluados(11-13, 16).
En la conclusión los autores señalan que los pocos estudios centrados en la contaminación del aire no permitieron determinar si existía un impacto potencial de la exposición a algún contaminante en la aparición de NE.
Por último, aunque no responde a la pregunta porque no analiza los niveles de material particulado PM 10 y PM 2,5, se considera de interés comentar los resultados de un amplio estudio de cohortes poblacional retrospectivo(17) que analiza la relación entre la exposición a la contaminación del aire y el riesgo de NE en niños (edad < 18 años). En este estudio los niños expuestos a niveles crecientes de óxidos nítricos (NOx) e hidrocarburos totales tenían un mayor riesgo de NE.
*[Ver en: https://www.murciasalud.es/pagina.php?id=244308&idsec=1573].