En base a la revisión realizada no existe evidencia de que la inhalación de vapor de agua se asocie a una mejoría sintomática en procesos de infección respiratoria. Además, la utilización de esta medida supone un riesgo de quemaduras, en ocasiones graves, especialmente en niños pero también en adultos.
Una revisión sistemática Cochrane(1), actualizada en 2017, evaluó efectos de la inhalación de vapor de agua caliente (vaporización) en el tratamiento del resfriado común mediante la comparación de los síntomas, la eliminación del virus y la resistencia nasal. No se incluyeron estudios nuevos en esta actualización de 2017 y se analizaron los seis ensayos aleatorizados (ECA), doble ciego, de cinco publicaciones ya incluidos en la versión previa de la revisión. Se evaluó un total de 387 participantes y en todos los ensayos incluidos se utilizó el dispositivo RhinoTherm®, que suministraba aire caliente y humidificado.
En los resultados se describe que:
- No estuvo claro si el aire caliente y humidificado proporciona un alivio sintomático del resfriado común, ya que el análisis de efectos fijos mostró evidencia de un efecto (odds ratio [OR] 0,30; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,16 a 0,56; dos estudios, 149 participantes), pero el análisis de efectos aleatorios no mostró diferencias significativas en los resultados (OR 0,22; IC del 95%: 0,03 a 1,95).
- Ninguno de los estudios demostró un empeoramiento de las puntuaciones clínicas de los síntomas.
- Un estudio realizado en los EE.UU. demostró un empeoramiento de la resistencia nasal, pero un estudio israelí más antiguo mostró una mejoría.
- Un estudio examinó la eliminación del rinovirus en los lavados nasales, sin encontrar diferencias significativas entre el grupo de tratamiento y el de placebo (OR 0,47; IC del 95%: 0,04 a 5,19).
- El número de participantes que informaron sobre la resolución de los síntomas no fue significativamente mayor en el grupo de humidificación térmica (OR 0,58; IC del 95%: 0,28 a 1,18; dos estudios, 124 participantes).
- Dos estudios informaron sobre eventos adversos leves (que incluyen molestias o irritación de la nariz).
Para los autores de la revisión, la evidencia disponible no mostraba efectos beneficiosos ni perjudiciales del uso de aire caliente y humidificado para el tratamiento del resfriado común.
No se han encontrado guías de práctica clínica (GPC) sobre el manejo de procesos de infección del tracto respiratorio que incluyan entre las intervenciones a realizar la inhalación de vapor de agua. En una GPC de la Organización Mundial de la Salud sobre remedios para la tos y el resfriado para el tratamiento de infecciones respiratorias agudas en niños pequeños(2), de 2001, se sugería no fomentar la terapia de vapor en el tratamiento de la tos o el resfriado, en base a la falta de datos que apoyaban su eficacia y el riesgo de daño asociado (quemaduras).
En un sumario de evidencia de Uptodate sobre el resfriado común en niños(3) el autor indica que, dado que la inhalación de aire o vapor humidificado caliente no reduce los síntomas y puede provocar quemaduras, no se recomienda como tratamiento para los síntomas nasales en niños con resfriado común.
Hace referencia a la revisión sistemática Cochrane(1) comentado que encontró que los beneficios eran inconsistentes y a un ECA que no se incluyó en la revisión sistemática que también mostró que la recomendación de utilizar la inhalación de vapor no redujo los síntomas de la infección respiratoria aguda(4).
En este ECA(4) participaron 889 pacientes (≥3 años) y entre las intervenciones evaluadas estaba la de inhalar vapor durante al menos 15 minutos (cinco minutos tres veces al día). Esta medida, en comparación con no inhalar vapor, no aportó beneficios en ninguna de los aspectos evaluados y se documentó una lesión térmica leve en cuatro pacientes (2 %). Los autores consideran que los médicos probablemente no deberían aconsejar a los pacientes que usen la inhalación de vapor en la práctica diaria, ya que no proporciona un beneficio sintomático para las infecciones respiratorias agudas y es probable que algunas personas sufran lesiones térmicas.
Estos mismos autores publicaron posteriormente otro ECA con objetivo de evaluar la efectividad de la irrigación nasal y la inhalación de vapor en pacientes con síntomas de los senos paranasales, crónicos o recurrentes(5). La inhalación de vapor redujo el dolor de cabeza a los 3 meses (riesgo relativo 0,91; intervalo de confianza 0,84-0,99) pero no tuvo un efecto significativo sobre otros resultados. En este estudio no hubo diferencias en las proporciones de participantes que experimentaron efectos adversos (por ejemplo, hemorragias nasales, dolor nasal o quemazón) en cualquiera de los grupos de intervención.
No se identifican, en la búsqueda realizada en las bases de datos de estudios, ECA de publicación posterior que evalúen el uso de inhalación de vapor en algún tipo de infección de vías respiratorias.
En cuanto a la posibilidad de daño asociado a la inhalación de vapor, de entre los estudios localizados seleccionamos los dos más recientes. En ambos se resalta la falta de evidencia que sugiera un beneficio del uso de la inhalación de vapor en infecciones del tracto respiratorio y el riesgo que existe de quemaduras graves:
- Una serie de casos retrospectiva(6) describe la demografía, el mecanismo, el manejo y los costes derivados en 16 niños atendidos, entre enero de 2010 y febrero de 2015, en un centro de quemados de Gales con escaldaduras por inhalación de vapor. Además, se envió por correo electrónico una encuesta electrónica a 150 médicos de atención primaria para determinar si recomendaban la terapia de inhalación de vapor a los pacientes. La edad promedio de los niños fue de 7,4 años (rango 1-15 años) y, en promedio, ingresaron tres niños por año. La indicación de la inhalación más común fue el resfriado común (n = 9). El tamaño medio de las quemaduras fue del 3,1% (rango: 0,25-17,0%) del área corporal total. Un niño fue manejado quirúrgicamente; el resto fue tratado con apósitos, aunque un paciente requirió ingreso en una unidad de alta dependencia. El coste total del tratamiento para todos los pacientes fue de 37.133 libras esterlinas. En total, 17 de los 21 médicos de cabecera encuestados recomendaban la inhalación de vapor a sus pacientes; ocho de 19 médicos lo recomendaron para niños menores de 5 años. Los autores concluyen que la inhalación de vapor supone un coste importante para los pacientes y el sistema sanitario; y consideran que esta práctica ya no debería recomendarse, fundamentalmente en niños, dado que, debido a sus habilidades motoras limitadas, curiosidad y poca conciencia del peligro, corren un riesgo significativo de lesiones por quemaduras.
- En el otro estudio se realizó una revisión retrospectiva(7) de los pacientes ingresados en un centro terciario de quemados entre 2015 y 2020, identificando a todos los pacientes adultos atendidos por lesiones por escaldaduras sufridas durante la inhalación de vapor. Doce pacientes requirieron manejo hospitalario con una duración media de ingreso de 8 noches y el área de superficie corporal total quemada media fue del 5% (rango: 1-10%). La edad media fue de 29,3 años (rango: 16-56) y los 12 pacientes estaban usando la terapia de inhalación de vapor para aliviar los síntomas de una infección del tracto respiratorio superior. Todos los pacientes sufrieron las quemaduras como consecuencia del derrame de agua recién hervida (quemaduras en la parte inferior del abdomen, los genitales, los muslos y/o las piernas). Una paciente requirió intervención quirúrgica. Se documentaron secuelas a largo plazo que incluyeron cicatrización, sensibilidad de la piel, dolor o, incluso, morbilidad psicológica. El coste medio estimado por paciente fue de 5.402 libras esterlinas, lo que suponía un coste medio anual de 12.964 libras esterlinas.