[El mayor uso de lámparas de uñas ultravioleta (UV) en los últimos años ha generado preocupaciones sobre la seguridad de este dispositivo. Una lámpara de uñas UV es una fuente de radiación UV artificial, del tipo A que a menudo es utilizada para secar, endurecer y curar las uñas en casa y en el proceso de manicura. Se sabe que la radiación UVA es mutagénica y puede dañar el ADN, lo que daria como resultado un daño cutáneo ].
En la pregunta publicada en el Banco de preguntas clínicas Preevid en 2018, acerca de si había asociación entre la realización de manicura con secado bajo luz UVA y una mayor incidencia de melanoma(1) se expone que no se han encontrado estudios que muestren una relación entre la exposición a la luz UVA de los aparatos de secado de uñas y la incidencia del melanoma. Se ha procedido a actualizar la bibliografía y se han seleccionado dos revisiones bibliográficas y un caso clínico.
Tras analizar estos estudios, se observa que la evidencia es limitada y sugiere que la exposición a las lámparas de UVA para secado de uñas, provoca un riesgo cancerígeno bajo, sin embargo podría ser recomendable la aplicación de un protector solar de amplio espectro en las manos 30 minutos antes del secado de uñas en las lámparas de UVA.
La primera revisión narrativa acerca del riesgo de cáncer por el uso de las lámparas de UVA(2) reveló diferencias de opinión en cuanto a si existe un riesgo de fotoenvejecimiento y mutación cancerosa por el uso repetido de lámparas UVA. Comenta que aunque los casos informados se limitan a dos, ambos pacientes desarrollaron carcinoma de células escamosas (CCE) del dedo sin otros factores de riesgo que la exposición a los rayos UVA por el uso repetido de lámparas de uñas. La incidencia real no se conoce ya que es posible que otros casos de cáncer de piel de manos o dedos no se haya investigado para el uso de lámparas de uñas, debido a la falta de comprensión de este riesgo. No hay informes de casos de melanoma subungueal asociado con el uso de lámparas ungueales. Por tanto los autores concluyen que, la base de evidencia es limitada y los estudios publicados involucran un número pequeño de casos que no permiten sacar conclusiones sólidas.
La segunda revisión narrativa sobre el riesgo carcinógeno cutáneo potencial de la exposición a la lámpara de uñas UVA(3), refiere que según los datos disponibles, el riesgo cancerígeno es bajo; sin embargo, se recomienda tal como hace la “Skin Cancer Foundation”(4) que antes de una manicura en gel, los clientes deberían aplicar un protector solar de amplio espectro en las manos 30 antes de la exposición a la lámpara de uñas UVA.
El caso clínico(5), de una mujer caucásica de 52 años con un historial de 18 años de uso de lámpara de uñas UVA cada 3 semanas y un historial de 18 años de uso semanal de camas de bronceado y que presentó más de 25 queratosis actínicas y dos CCE in situ en el dorso de las manos. Los autores concluyen que el uso extensivo de la lámpara de uñas UVA de esta paciente, junto con la exposición a los rayos UVA de las camas de bronceado, puede haberla puesto en un riesgo particular y exacerbado de los efectos de la lámpara de uñas.