[El flujo espiratorio máximo (PEF, por sus siglas en inglés) también conocido como flujo máximo o tasa de flujo máximo, es la tasa máxima que una persona puede exhalar durante un esfuerzo espiratorio máximo corto después de una inspiración completa. En pacientes con asma, el porcentaje predicho de PEF se correlaciona razonablemente bien con el valor porcentual predicho para el volumen espiratorio forzado en un segundo (FEV 1) y proporciona una medida objetiva de la limitación del flujo de aire cuando no se dispone de espirometría].
En base a la documentación consultada, no se ha determinado el papel óptimo de la monitorización del PEF a corto o largo plazo en el tratamiento continuo del asma. La ventaja teórica es que la monitorización periódica del PEF puede proporcionar al paciente y al médico datos objetivos sobre los que basar las decisiones terapéuticas. Para ello, hay que establecer desde el diagnóstico de la enfermedad, una adecuada relación terapéutica con la persona enferma, para que se pueda capacitar en el autocontrol de su enfermedad.
Un Sumario de Evidencia (SE) sobre el asma en adultos y adolescentes(1), indica que la educación para el autocontrol del asma es esencial para proporcionar a las personas las habilidades necesarias para controlar el asma, mejorar los resultados y reducir la morbilidad ( BTS/SIGN Grado A )(2) * . La educación sobre el autocuidado, reduce la morbilidad del asma ( GINA Evidencia A )(3)* e incluye los siguientes aspectos:
- autocontrol de síntomas y/o PEF
- plan de acción para el asma escrito con instrucciones para reconocer y responder al empeoramiento del asma
- revisión periódica del control del asma con el profesional sanitario del tratamiento y las habilidades adquiridas por el usuario.
El SE acerca de la monitorización del PEF en el asma(4), menciona que un "plan de acción para el asma" es un documento escrito que proporciona instrucciones para que el paciente las siga en casa. Muchos especialistas, opinan que los planes de acción escritos para el asma son útiles para aclarar el plan de medicación, identificar las disminuciones en el control del asma y guiar los ajustes del tratamiento en respuesta a los cambios en los síntomas y el PEF, aunque la evidencia respalda el tratamiento personalizado, los planes de acción son limitados. Para las personas que están incorporando la monitorización del PEF en su plan de acción para el asma, se les brinda instrucciones sobre la justificación de la monitorización del PEF, el uso de un diario del PEF y la interpretación de los resultados en el contexto de un plan de acción personalizado para el asma.
Este mismo SE sugiere que la combinación de la monitorización de medidas subjetivas (síntomas) y objetivas (PEF) del control del asma puede ayudar a las personas a observar una relación de causa y efecto entre la exposición a los desencadenantes y la disminución del flujo máximo y/o las exacerbaciones del asma. La persona con asma debe comprender que dicha monitorización se lleva a cabo para comprobar la eficacia de la terapia y dar una advertencia temprana de un posible deterioro. Este enfoque puede ser particularmente útil para las personas que tienen dificultad para percibir los síntomas o los factores que los exacerban. Las personas que se autocontrolan la enfermedad, pueden aumentar las mediciones de PEF cuando experimentan síntomas o cuando corren el riesgo de sufrir un ataque de asma, como durante una infección de las vías respiratorias superiores o la temporada de polen; por ejemplo, una persona que percibe mal los síntomas del asma puede beneficiarse de la evaluación del PEF todas las mañanas y noches, en lugar de depender únicamente de los síntomas para guiar la terapia y en cambio otra persona con asma más estable solo necesite medir el PEF una vez al día, a una hora constante del día. La monitorización del PEF puede ser particularmente importante en personas con asma que tienen una percepción reducida de la broncoconstricción. Estas personas generalmente tienen asma grave y reciben un tratamiento insuficiente para su enfermedad, ya que los síntomas se atenúan, por lo que necesitan una medición objetiva de la obstrucción de las vías respiratorias.
Por último añadir de este SE, que valora la adherencia y eficacia al seguimiento con PEF; los autores refieren que es difícil mantener la adherencia a la monitorización del PEF a largo plazo; según algunos informes, la adherencia al registro domiciliario del PEF es satisfactoria a corto plazo, pero disminuye considerablemente después de varios meses. Si bien la adherencia del paciente a la monitorización del PEF es muy variable, la conexión de la monitorización del PEF con actividades concretas de autocuidado puede aumentar la adherencia.
En cuanto a los estudios que evalúan la eficacia de la monitorización del PEF para mejorar varias medidas de resultado en el asma han arrojado resultados contradictorios. Varios estudios no lograron demostrar una ventaja del uso de la monitorización del PEF sobre la monitorización de los síntomas para guiar las acciones de autocuidado. Los estudios que demostraron una mejora en los resultados, como una menor utilización de la atención médica y una mejor calidad de vida, incluyeron un enfoque de manejo integral.
Una Revisión Sistemática(5) no incluida entre los estudios referidos en el SE anterior, tuvo por objetivo evaluar los efectos de los programas de autocuidado del asma, cuando se combinan con la revisión periódica de profesionales de la salud, sobre los resultados de salud en adultos con asma. Los revisores, llegaron a la conclusión de que la educación en el autocontrol del asma, que implica: el autocontrol del PEF o los síntomas, junto con una revisión médica periódica y un plan de acción escrito, mejora los resultados de salud de los adultos con asma.
Se incluyeron 36 ensayos que compararon la educación para el autocuidado con la atención habitual. La educación para el autocuidado redujo las hospitalizaciones [riesgo relativo(RR) 0,64, intervalo de confianza(IC) del 95%: 0,50 a 0,82]; visitas a urgencias (RR 0,82, IC del 95 % 0,73 a 0,94); visitas no programadas al médico ( RR 0,68, IC del 95 % 0,56 a 0,81); días sin trabajar o estudiar (RR 0,79, IC del 95 % 0,67 a 0,93), asma nocturna (RR 0,67, IC del 95%: 0,0,56 a 0,79) y calidad de vida (diferencia de medias estándar 0,29, IC de 0,11 a 0,47). Las medidas de la función pulmonar cambiaron poco.
En el ámbito nacional, se han encontrado diferentes documentos como una guía española de reciente publicación(6), sobre el asma que basándose en todo lo anteriormente mencionado, incorpora la aportación que pueden ofrecer las nuevas tecnologías al autocontrol de la persona con asma como son:
- El apoyo a la autogestión de los pacientes mediante el uso de recordatorios automáticos de toma de medicación para mejorar la adhesión, juegos educativos para mejorar el conocimiento o modificar la actitud frente a la enfermedad, y la telemonitorización de variables clínicas (PEF, uso de medicación, etc.).
- Consulta telemática con un profesional sanitario.
- Sistemas informatizados de ayuda en la toma de decisiones tanto a los facultativos como a las personas con asma.
Se menciona también en esta guía que el uso combinado de estas estrategias, que incluye el manejo de la teleconsulta, mejora el control de la enfermedad y la calidad de vida de las personas con asma.
Otra documentación interesante en castellano, son los programas de prevención y control del asma desarrollados en las distintas comunidades autónomas(7-10) en los que se promueve la monitorización del PEF para el autocuidado de la persona con asma.
*Consultar el grado de evidencia en el documento original.