Tras la búsqueda realizada, se han encontrado numerosos estudios en los que se sugiere que, la incontinencia urinaria (IU) parece ejercer una influencia negativa en la función sexual de la mujer y en base a ello es conveniente que el profesional sanitario incorpore a su práctica habitual la valoración de la esfera sexual de la mujer cuando se presente IU.
En una revisión sistemática (RS) de 28 estudios cualitativos(1), con el objetivo de identificar cómo la mujeres experimentan la IU en todo el mundo, los autores encontraron que la IU y la vergüenza de ser una mujer afectada por esta condición han contribuido al detrimento de la calidad de vida de las mujeres. Según su revisión, la IU ha tenido efectos negativos en la intimidad y la satisfacción sexual de las mujeres y ha provocado cambios en la forma en que estas mujeres experimentan la sexualidad y la función sexual, por lo que los autores concluyen que se debe brindar una atención sanitaria individual y personalizada y que se debe tener en cuenta las preferencias y expectativas de las personas afectadas por la IU.
En base a esta RS, se publicó un “Best Practice”(2) en el que se realizan las siguientes recomendaciones*:
- Se debe establecer un plan de atención personalizado para la IU que tome en cuenta las creencias religiosas y culturales de las mujeres. En consecuencia, se deben identificar y apoyar las necesidades, preferencias y expectativas personales de cada mujer. (Grado A)
- Se debe ofrecer a las mujeres, oportunidades adecuadas para discutir su experiencia con otras mujeres que viven con IU. (Grado A)
- Las mujeres deben tener la oportunidad de compartir sus problemas de IU con los profesionales sanitarios. (Grado A)
- Las mujeres deben ser alentadas a comprender sus síntomas y aprender a sentirse cómodas hablando abiertamente sobre sus dudas e incertidumbres acerca de la IU. (Grado A)
- Las mujeres deben ser alentadas a verbalizar sus problemas para que sus percepciones de la IU puedan ser entendidas por sus cuidadores, familiares y amigos. (Grado A)
- Es esencial un historial completo de los síntomas de IU para clasificar la enfermedad y adoptar tratamientos adecuados, incluida la pérdida de orina posparto. (Grado B)
- Deben realizarse actividades educativas que aborden los factores religiosos, sociales, culturales y psicológicos de la IU para ayudar a las mujeres a comprender sus propias manifestaciones de IU. (Grado B)
- Se debe informar a las mujeres sobre los recursos disponibles respecto a la reducción de exposición pública de pérdida de orina. Las pacientes deben ser asesoradas sobre estrategias de ayuda higiénica como el uso de protectores absorbentes durante eventos sociales. (Grado B)
- Se debe proporcionar un enfoque de tratamiento diseñado personalmente a lo largo de las diversas etapas de diagnóstico y tratamiento incluyendo asesorías detalladas sobre los posibles cambios sexuales y emocionales causados por la IU. (Grado A)
- Las mujeres deben ser asesoradas y apoyadas para que tomen consciencia del uso de estrategias de autocuidado y afrontamiento, así como de los recursos de apoyo social disponibles cerca de sus viviendas. (Grado A)
El Sumario de Evidencia (SE) sobre la evaluación de las mujeres con IU(3), recoge que la IU durante la actividad sexual (incontinencia coital), puede afectar hasta a un tercio de todas las personas con IU, y el miedo a la IU durante la actividad sexual contribuye a la disfunción sexual relacionada con la IU.
Otros dos SE, uno con una descripción general de la disfunción sexual en mujeres (su epidemiología, factores de riesgo y evaluación)(4), y otro acerca de la IU en mujeres(5), mencionan que entre el 26 y el 47% de las mujeres con IU informan disfunción sexual. Entre las mujeres con IU, del 11 al 45% experimenta IU durante las relaciones sexuales, típicamente durante la penetración o el orgasmo. La IU fue una correlación significativa de problemas sexuales angustiantes en el estudio PRESIDE(6) (estudio en el que se formularon encuestas a 31.581 mujeres de Estados Unidos, para estimar la prevalencia de problemas sexuales autoinformados [cualquiera, deseo, excitación y orgasmo]).
Una guía de práctica clínica sobre salud sexual femenina(7) recoge también que la incontinencia coital ocurre en dos tercios de las mujeres durante la penetración y en el tercio restante, durante el orgasmo. Según estudios urodinámicos, la incontinencia coital con penetración se correlaciona con la IU de esfuerzo, y la incontinencia coital con orgasmo se correlaciona con una vejiga hiperactiva. Dado que el miedo a la incontinencia puede afectar negativamente a la función sexual de la mujer, vaciar la vejiga antes del coito, realizar los ejercicios de Kegel y anticipar la incontinencia durante el coito puede ayudar a aliviar parte del estrés asociado.
Por último, una RS sobre el impacto de la IU en la función sexual de la mujer(8), menciona de nuevo que la IU tiene un impacto negativo en la función sexual y es probable que esta interferencia, directa o indirectamente, contribuya de manera decisiva a evitar que las mujeres mantengan relaciones sexuales. Continúa concluyendo la revisión que, la forma en que ocurre esta influencia sigue sin estar clara, especialmente cuando se busca comprender los mecanismos involucrados en este resultado. Debido a su comorbilidad, se justifica la detección y valoración simultánea de las esferas que engloban ambos problemas de salud.
*Para la consulta de los Grados de Recomendación del JBI, consulte: https://jbi.global/jbi-approach-to-EBHC