Aunque la evidencia disponible sobre el efecto de la instilación de ácido hialurónico tanto en la prevención como en el tratamiento de la cistitis secundaria a radioterapia es escasa, en algunos ensayos clínicos de pequeño tamaño ha mostrado un efecto beneficioso.
Según un documento de consenso sobre la prevención y el manejo de la cistitis química e inducida por radiación(1), el efecto protector de la instilación intravesical de hialuronato de sodio sobre la mucosa vesical se demostró en un pequeño estudio realizado en mujeres con cáncer de cérvix avanzado que fueron tratadas con radioterapia pélvica, quimioterapia y braquiterapia. El documento también hace mención al efecto protector observado en otro ensayo con mujeres con cáncer de cérvix y endometrio tratadas con braquiterapia. Este consenso, entre sus recomendaciones, propone el uso de hialuronato sódico 50mg/50ml como una opción en pacientes con riesgo aumentado de cistitis hemorrágica (por ej. radioterapia de haz externo y braquiterapia para el cáncer de cuello uterino o de endometrio).
De publicación posterior a estos estudios también se ha localizado el abstract de un ensayo clínico aleatorizado(2) en el que participaron 35 pacientes con cáncer de cérvix que recibieron radioterapia y que concluye que la instilación intravesical de ácido hialurónico se mostró efectiva en la profilaxis de la cistitis actínica.
Sin embargo, no se ha identificado ningún sumario de evidencia ni guía de práctica clínica recientes que recomienden la instilación intravesical de ácido hialurónico para la prevención de la cistitis intersticial asociada a la radioterapia.
En cuanto a su uso como tratamiento, el sumario de evidencia de Dynamed sobre la cistitis intersticial /síndrome de vejiga dolorosa(3) (no centrado en radioterapia) menciona que el ácido hialurónico intravesical no está aprobado en EEUU pero que el "Royal College of Obstetricians and Gynaecologists" lo recomienda para los casos refractarios a los tratamientos conservadores y orales. Además, encuentra, en base a una revisión sistemática(4), que la evidencia de su beneficio es insuficiente y las tasas de respuesta varían. Por último comenta que sí se ha comunicado una mejora en los síntomas urinarios cuando se combina con condroitín sulfato.
En el sumario de evidencia de Uptodate sobre la cistitis hemorrágica relacionada con la quimio y radioterapia(5) se hace mención a un pequeño ensayo clínico aleatorizado en el que se comparó la instilación semanal intravesical de ácido hialurónico con la administración de oxígeno hiperbárico en 36 pacientes con cistitis hemorrágica inducida por radioterapia y que no encontró diferencias en términos de eficacia a los 12 meses, aunque encontró un aumento de las infecciones del tracto urinario en el primer grupo (posiblemente secundario a las cateterizaciones repetidas).
Según la "Canadian Urological Association"(6) la terapia intravesical con ácido hialurónico (recomendación grado 3C*) ”podría mejorar los síntomas de cistitis hemorrágica inducida por radioterapia y proporcionar un beneficio adicional en aquellos pacientes con síntomas importantes del tracto urinario inferior” y aclara que “su lento inicio de acción y la falta de investigación en la hematuria grave podría limitar su utilidad en el contexto agudo o hospitalario”.
El documento de consenso arriba mencionado(1), también entre sus recomendaciones, indica que el hialuronato de sodio debería considerarse en todos aquellos pacientes en los que han fallado las medidas conservadoras. Basa esta recomendación en los hallazgos de un estudio en que se observó una mejoría en los síntomas de cistitis inducida por quimio y radioterapia en 67 de los 69 pacientes incluidos y el mismo ensayo referenciado por Uptodate(4).
Y un ensayo clínico aleatorizado cegado(7), no referido por los anteriores documentos, comparó la instilación de ácido hialurónico más lidocaína frente a la instilación de suero salino más lidocaína en pacientes que al menos 6 meses antes habían recibido radioterapia debido a un cáncer pélvico (n=60 al inicio, 2 pérdidas en el grupo control; análisis: n=30 vs n=28). Los sujetos presentaban síntomas de cistitis que no habían respondido a los tratamientos habituales y se habían descartado otras etiologías (urocultivos negativos, biopsia sin malignidad, cistoscopia sin hallazgos adicionales a los relacionados con la radioterapia). El estudio encontró una mejoría, estadísticamente significativa, en la calidad de vida, el dolor pélvico y la hematuria del grupo intervención frente al grupo de suero salino.
*Consultar niveles de evidencia y grados de recomendación en el documento.