Tanto en una guía de práctica clínica (GPC) que aborda el manejo específico de la ventriculomegalia fetal leve (VML) como en un sumario de evidencia de Uptodate sobre la ventriculomegalia (VM) cerebral en general, se plantea la indicación de amniocentesis para estudio genético (incluyendo “microarray genómico”, también llamado “microarray cromosómico” o “cariotipo molecular”) en fetos en los que el estudio ecográfico revela VM cerebral, aun en caso de que sea de carácter leve y no se asocie a otras malformaciones congénitas.
En la GPC(1) se comenta que aproximadamente el 5% de los fetos con ventriculomegalia leve o moderada aparentemente aislada tienen un cariotipo anormal, más comúnmente trisomía 21; y otro 10-15% tiene hallazgos anormales en el microarray cromosómico.
La guía revisa cómo se debería evaluar a un feto con VML o moderada y, entre las evaluaciones a llevar a cabo se incluye la determinación de trastornos genéticos. Concretamente los autores recomiendan que se ofrezcan pruebas de diagnóstico (amniocentesis) con microarray cromosómico cuando se detecte VM (Grado de recomendación 1B: recomendación fuerte, basada en evidencia de calidad moderada).
Añaden que:
- La detección de aneuploidías, incluida la prueba de ADN fetal libre, detecta solo un número limitado de las aneuploidías fetales más comunes. Dicho cribado evalúa el riesgo de trisomía 21, 18 y 13, pero no de otras anomalías cromosómicas potencialmente importantes u otras variantes genómicas.
- Se puede considerar la prueba de ADN fetal libre en mujeres que rechazan las pruebas de diagnóstico (invasivas) después de recibir asesoramiento sobre las limitaciones de este enfoque.
- En mujeres con resultados previos de pruebas de detección de alteraciones cromosómicas normales, aún se deberían ofrecer pruebas de diagnóstico genómico debido a su mayor rendimiento diagnóstico.
Los autores del sumario de evidencia de Uptodate(2) plantean ofrecer amniocentesis diagnóstica a mujeres con ≥15 semanas de gestación. El líquido amniótico se utiliza, entre otros fines, para:
- Microarray cromosómico dado que la ventriculomegalia se asocia con un mayor riesgo de anomalías cromosómicas.
- Pruebas de ADN para trastornos de un único gen puesto que algunos casos de ventriculomegalia, en particular los casos más graves o aquellos con otras anomalías, se asocian con trastornos de un solo gen. En este caso destaca que las pruebas integrales con paneles de genes dirigidos o secuenciación de exomas pueden ser útiles en algunos casos; no obstante, los autores comentan que no las realizan en fetos con VM aislada leve o moderada (<15 mm) porque es probable que el rendimiento de tales pruebas en estos casos sea bajo.
El sumario de evidencia hace referencia a una revisión sistemática y metanálisis(3) que encontró que entre 1.213 fetos con diagnóstico de VML aparentemente aislada en el momento de la presentación inicial, 57 (4,7%) mostraron un cariotipo anormal (más comúnmente trisomía 21).
En un estudio observacional publicado en marzo de 2020(4) la tasa global de detección de anomalías cromosómicas en fetos con VM por microarray cromosómico fue del 17,4%, mientras que fue del 9,6% por cariotipo. En el caso concreto de VM aislada (78 fetos en los que se realizó cariotipo y microarray cromosómico [no se especifica en el estudio cuántos de estos casos fueron leves]) se detectaron anomalías cromosómicas por cariotipo en 5 fetos (6,4%) y en 8 fetos (10,3%) por microarray cromosómico.