Se han revisado Sumarios de Evidencia (SE) y Guías de Práctica Clínica (GPC), nacionales e internacionales, y no se han encontrado documentos en los que se recomiende realizar un sondaje vesical por protocolo cuando se inicia una sedación paliativa. Todos los documentos inciden en la importancia de llevar a cabo una valoración individual y holística de cada caso antes de tomar una decisión.
De entre los recursos consultados destacamos:
Un SE (1) acerca de los cuidados paliativos en los últimos días y horas de vida, refiere que la pérdida del control del esfínter en las últimas horas de la vida puede provocar incontinencia de orina y/o heces, lo que provoca angustia para los pacientes y los miembros de la familia. Un sondaje vesical (SV) puede minimizar la necesidad de cambio y limpieza frecuentes. Sin embargo, añade que el uso de SV debería considerarse cuidadosamente y que el uso de un SV puede no ser necesario si el flujo de orina es mínimo y se puede manejar con sabanillas absorbentes.
En hombres mayores, la retención urinaria por hiperplasia prostática benigna puede verse exacerbada por el uso de medicamentos con efectos anticolinérgicos, y el uso de un SV puede prevenir el dolor y la angustia.
Ante los cuidados de la enfermera el SE indica que ciertos cambios de posición y la higiene pueden ayudar con la comodidad. El manejo también puede incluir la colocación de una SV en sujetos seleccionados (por ejemplo, personas obesas, con fracturas, úlceras de decúbito grandes o personas inmovilizadas).
La Guía de cuidados paliativos de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL)(2), en el apartado que trata sobre la agonía recoge que es de gran interés conocer los cuidados de la incontinencia vesical, teniendo en cuenta que en enfermos débiles pero conscientes puede provocar angustia por su significado, tolerando mejor el SV.
En los planes de cuidados estandarizados de enfermería dirigidos al paciente y la familia en procesos avanzados y terminales, también de la SECPAL(3), no se indica la necesidad de SV de forma estandarizada al realizar sedación. Comenta que es conveniente realizar una valoración del patrón de eliminación, por si es motivo de agitación o delirio la retención urinaria y actuar en consecuencia.