Para dar respuesta a esta pregunta, en primer lugar habría que definir lo que se entiende por educación sexual. Hemos elegido la definición que aporta la base de datos de los descriptores de ciencias de la salud(1): “Educación que aumenta el conocimiento de los aspectos funcionales, estructurales y conductuales de la reproducción humana”. Por lo tanto el asesoramiento anticonceptivo constituye sólo una parte de la educación en materia sexual.
Tras la búsqueda realizada se han seleccionado tres sumarios de evidencia (SE)(2-4), un estudio de cohortes(5), dos revisiones sistemáticas (RS)(6,7), un estudio de caso-control (8), una monografía de la OMS (9), una Guía de Práctica Clínica (GPC)(10) y un ensayo clínico aleatorizado (ECA)(11). La evidencia encontrada sugiere que la educación sexual (fundamentalmente si incluye el asesoramiento sobre métodos anticonceptivos y que facilite la accesibilidad al método, en términos de gratuidad e inmediatez), disminuye la incidencia de embarazos en adolescentes.
En dos SE(2,3) sobre educación sexual al adolescente, se indica que el desarrollo sexual es una parte importante de la salud, similar a otras medidas de crecimiento físico, como la altura y el peso. El comportamiento sexual, que está relacionado con el desarrollo sexual, tiene importantes implicaciones para la salud de todos y especialmente de los adolescentes. Es particularmente importante que los adolescentes estén bien informados sobre todos los aspectos del sexo y la salud sexual.
En otro SE(4) se destaca, que la eliminación de barreras ante el uso anticonceptivos en adolescentes parece estar asociada con la utilización de métodos anticonceptivos más efectivos y una disminución de las tasas de embarazo, sin aumentar la frecuencia del coito o el número de parejas sexuales masculinas. En un estudio de cohortes (Proyecto CHOICE)(5), realizado en 2014, incluyó a 1.404 adolescentes de ámbito urbano (de 15 a 19 años), a las que les impartió educación sobre anticoncepción reversible, haciendo énfasis en los beneficios de la anticoncepción reversible de acción prolongada (LARC, por sus siglas en inglés). Se les facilitó su opción de método anticonceptivo reversible sin costo y se les siguió durante dos o tres años. El 72% de las participantes eligieron un dispositivo intrauterino (DIU) o un implante anticonceptivo. Los resultados de este estudio fueron comparados con los datos registrados sobre adolescentes de los Estados Unidos sexualmente activas en 2008. Las participantes del estudio tuvieron tasas más bajas de embarazo (34 versus 158,5 por 1.000), partos (19,4 versus 94 por 1.000) y aborto (9,7 versus 41,5 por 1.000).
Una de las RS(6) tuvo como objetivo evaluar los efectos de los programas escolares de salud sexual y reproductiva sobre las infecciones de transmisión sexual (ITS)(como el virus de la inmunodeficiencia humana [VIH], el virus del herpes simple y la sífilis) y el embarazo en adolescentes. Incluyó ocho ECAs grupales que reclutaron a 55.157 participantes. Se realizaron cinco ensayos en África Subsahariana (Malawi, Sudáfrica, Tanzania, Zimbabwe y Kenia), uno en América Latina (Chile) y dos en Europa (Inglaterra y Escocia). Seis ECAs evaluaron las intervenciones educativas en la escuela; en estos ensayos, los programas educativos evaluados no tuvieron un efecto demostrable sobre la prevalencia del VIH, u otras ITS. Tampoco hubo un efecto aparente sobre el número de mujeres jóvenes que estaban embarazadas al final del ensayo (riesgo relativo [RR] 0,99; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,84 a 1,16; tres ensayos, 8.280 participantes; evidencia de certeza moderada ). Dos ensayos que evaluaron programas basados en incentivos para promover la asistencia a la escuela obtuvieron como resultado que el número de mujeres jóvenes que estaban embarazadas al final del ensayo fue menor entre las que recibieron incentivos (RR 0,76; IC del 95%: 0,58 a 0,99; dos ensayos, 4.200 participantes; evidencia de baja certeza). Los autores concluyen que las intervenciones basadas en incentivos que se centran en mantener a los jóvenes en la escuela secundaria pueden reducir el embarazo adolescente, pero se necesitan más ensayos para confirmarlo.
En otra RS(7) el objetivo era evaluar los efectos de las intervenciones de prevención primaria (en la escuela, en la comunidad / en el hogar, en el centro sanitario y en grupos religiosos) en embarazos no deseados entre adolescentes. Se incluyeron 53 ECA que inscribieron 105.368 adolescentes. Los resultados de la RS sugieren que una combinación de intervenciones educativas y anticonceptivas parece reducir el embarazo no deseado entre las adolescentes, aunque la variabilidad en las poblaciones de estudio, las intervenciones y los resultados de los ensayos incluidos, y la escasez de estudios que comparan directamente diferentes intervenciones impiden una conclusión definitiva sobre qué tipo de intervención es más efectiva
Un estudio caso-control(8) realizado para determinar algunos de los factores que influyen en el embarazo en adolescentes, comparó a 25 adolescentes que tuvieron un embarazo con 75 que no lo tuvieron y analizó, entre otros factores, la influencia de la educación familiar en materia de educación sexual. El 60% de las adolescentes que se quedaron embarazadas, recibieron una educación familiar inadecuada, mientras que esto ocurrió solo en el 37,3% de los controles. Los autores indican que según estos resultados, las adolescentes cuya familia le brindó una educación sexual inadecuada tiene 5,65 veces más probabilidades de tener un embarazo en edades tempranas de la vida a diferencia de las que reciben una educación sexual adecuada por parte de sus padres.
Un informe de la OMS(9) en el que realiza una serie de recomendaciones para aumentar el uso de anticonceptivos, basa dichas recomendaciones en 23 estudios realizados en 17 países, así como en las conclusiones elaboradas por un panel de expertos. Los estudios fueron realizados en Bahamas, Belice, Brasil, Camerún, Chile, China, India, Kenia, Madagascar, Mali, México, Nepal, Nicaragua, Sierra Leona, Sudáfrica, Tanzania y Tailandia. Algunos estudios se concentraron exclusivamente en aumentar el uso del preservativo, mientras que otros examinaron el uso creciente de los anticonceptivos hormonales y de emergencia. En algunos, el aumento de la anticoncepción fue un resultado primario, mientras que en otros fue secundario. Algunos estudios se centraron exclusivamente en acciones dentro del sistema de salud (tales como la entrega de anticonceptivos sin receta o en clínicas) mientras que otros se centraron en el compromiso de la comunidad y los interesados directos con el aumento del uso de anticoncepción. En su conjunto, estos estudios demuestran que puede aumentar el uso de anticonceptivos como resultado de acciones a múltiples niveles (a nivel de políticas, individuos, familias, comunidades y sistemas de salud). Algunas de las intervenciones concretas que se plantean en este informe:
- Legislar el acceso a la información y los servicios de anticoncepción.
- Reducir el costo de los anticonceptivos para las adolescentes.
- Educar a las y los adolescentes sobre el uso de anticonceptivos.
Una GPC(10) sobre opciones anticonceptivas para jóvenes, indica que los factores que influyen en la salud sexual son complejos y diversos. Por lo tanto, mejorar la salud sexual requiere un enfoque multifacético y apunta a mejorar los resultados de salud sexual a través de un mejor acceso a la educación sexual, anticoncepción, pruebas de ITS y consejos de salud sexual. Esta guía brinda a los profesionales de la salud consejos para ayudar a los jóvenes a tomar decisiones anticonceptivas apropiadas.
Sobre opciones anticonceptivas para jóvenes, hace las siguientes recomendaciones:
- Se debería informar a los jóvenes sobre todos los métodos anticonceptivos, destacando los beneficios de la LARC.
- Se puede recomendar a los jóvenes que regresen para el seguimiento dentro de los 3 meses de comenzar la anticoncepción hormonal. Esto permite abordar los efectos secundarios u otras preocupaciones y ayuda a garantizar el uso correcto del método.
- Se debería alentar a los jóvenes a regresar en cualquier momento si desarrollan problemas con la anticoncepción. (Grado de recomendación C)*
- La edad por sí sola no debería limitar las opciones anticonceptivas, incluidos los métodos intrauterinos.(Grado de recomendación C)*
- Se debería informar a los jóvenes sobre los diferentes tipos de anticoncepción de emergencia disponibles, cuándo se pueden usar y cómo se puede acceder a ellos.
- Incluso si se presenta para la anticoncepción de emergenica dentro de las 72 horas posteriores a la relación sexual sin protección, a las mujeres de todas las edades se les debería ofrecer el dispositivo intrauterino con cobre o se les debería aconsejar cómo pueden acceder a él.
Por último un ECA(11) reciente fue realizado para determinar si la intervención "Power Through Choices" (PTC) puede aumentar el uso de anticonceptivos y reducir el embarazo entre los jóvenes involucrados en el sistema que viven en hogares de cuidado grupal. La asignación se realizó por conglomerados de 2 brazos que incluía hogares de cuidado grupal dirigidos por sistemas de bienestar infantil o de justicia juvenil en California, Maryland y Oklahoma con evaluaciones inmediatamente antes y después de la intervención, y a los 6 y 12 meses de seguimiento. La intervención PTC es una intervención educativa sobre salud sexual especialmente diseñada para los jóvenes que viven en entornos de cuidado en hogares grupales y otras ubicaciones fuera de su hogar de procedencia. Se recopilaron datos de 2012 a 2014 a través de cuestionarios autoadministrados. Los participantes (n = 1.036) eran jóvenes (edad media = 16,1 años), predominantemente hombres (79%), racial / étnicamente diversos (37% hispanos, 20% negros, 21% blancos, 17% multirraciales) y con experiencia sexual (88 %). A los 6 meses de seguimiento, los participantes en el grupo de intervención tenían probabilidades significativamente más bajas de tener relaciones sexuales recientes sin usar anticonceptivos (odds ratio ajustado [AOR] = 0.72; intervalo de confianza [IC] del 95% = 0.52, 0.98). En la evaluación de seguimiento de 12 meses, los participantes en el grupo de intervención tenían probabilidades significativamente más bajas de estar embarazadas o de embarazar a alguien (AOR = 0,67; IC del 95% = 0,46 a 0,99). Los resultados sugieren que PTC es una intervención efectiva de educación en salud sexual en este grupo de adolescentes.
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