Tras la búsqueda realizada, en los recursos habituales de este servicio, se han obtenido los siguientes documentos: una Guía de Buenas Prácticas de la OMS (GBP) , varios protocolos de actuación, artículo en web y el capítulo de un libro que indican que el orden de llenado de los tubos de muestras sanguíneas varía dependiendo de cómo se obtenga la muestra, si por venopunción o por punción cutánea y no de la edad de la persona.
Generalmente la extracción de muestras de sangre, se realiza mediante punción venosa, y habitualmente se realiza así en las personas adultas, en cambio en los niños de corta edad, es frecuente la punción cutánea en la que se obtiene una mezcla de sangre procedente de arteriolas, vénulas y capilares con líquidos intersticiales e intracelulares; su composición depende de la cantidad de flujo sanguíneo en la zona de punción, y de la profundidad de la penetración de la lanceta. Este es el procedimiento de elección para obtener pequeñas cantidades de sangre en recién nacidos y lactantes. Por ejemplo, según una GBP(1), la extracción mediante punción en el talón (en la superficie plantar medial y lateral del talón), estaría indicado en niños menores de 6 meses y con un peso de 3 a 10 Kg. y la punción en los dedos de las manos, en niños mayores de 6 meses y de más de 10 Kg de peso, preferibles 2º y 3º dedo, evitando los dedos pulgar y meñique y utilizando las zonas laterales de la yema del dedo. Un protocolo(2) que trata sobre la extracción capilar pediátrica y el capítulo de un libro(3) sobre obtención de muestras en edad pediátrica refieren que esta técnica tiene limitaciones ya que no se pueden realizar pruebas que precisen volúmenes superiores a 4cc y hay además determinaciones analiticas que no se pueden realizar como son las pruebas de coagulación, hemocultivos...
Respecto al orden de llenado de los tubos, se comenta en los documentos que es importante, mantenerlo, pues cada tubo tiene en su interior unos aditivos y existe la posibilidad de que se contamine el tubo siguiente, al cambiar de uno a otro (esta contaminación puede alterar los parámetros que se quieren medir). El tubo de bioquímica normalmente no lleva aditivos, simplemente suele llevar un gel separador; el tubo del hemograma suele llevar EDTA (ácido etilendiaminotetraacético); y el tubo de coagulación lleva citrato. Hay que tener en cuenta, con respecto a este último tubo, que se debe consumir todo el vacío que lleve para mantener la proporción correcta entre anticoagulante y sangre y que no se puede llenar en primer lugar pues se puede producir contaminación de la muestra con la tromboplastina tisular proveniente del sitio de punción.
Finalmente, concluimos en base a la documentación seleccionada(1,4 y 5) que el orden de llenado de los tubos, obtenidos mediante muestra venosa, sería el siguiente:
- Primero se extraen las muestras necesarias para los tubos de hemocultivo:
- Si se utiliza palomilla, primero se saca la muestra (tubo) para cultivo de aerobios y después el de anaerobios.
- Si se utiliza jeringa primero se saca la muestra para anaerobios y después aerobios.
- El segundo tubo será el de citrato (siempre y cuando se hayan sacado primero los hemocultivos, si no es así, primero se extraerá el de bioquímica y después el de citrato).
- El tercero puede ser el tubo de bioquímica o si se ha usado en segundo lugar ahora sería el de citrato.
- En el caso que se tenga tubo de bioquímica con heparina de sodio o litio, iría en cuarto lugar.
- En quinto lugar sería el tubo de hemograma con EDTA.
El orden de llenado de los tubos, tras punción cutánea (1,3,6), es el contrario al anterior, ya que primeramente se extraería el tubo de hemograma, seguido del de bioquímica y por último el de banco de sangre. Este orden es esencial para minimizar los efectos del agrupamiento de plaquetas.