No hemos identificado ensayos clínicos controlados que evalúen la efectividad de la amfotericina B, por cualquiera de las diferentes vías de administración, en pacientes diagnosticados de una infección ocular fúngica provocada por especies de Fusarium. Un pequeño ensayo clínico randomizado en pacientes con queratitis fúngica(1) no mostró ventajas del empleo de la amfotericina B intracameral. Varias series de casos(2-9) de pacientes con infecciones oculares por Fusarium (queratitis, endoftalmitis) en los que se empleó amfotericina B con distintas asociaciones de fármacos y por varias vías de administración (tópica, inyecciones subconjuntivales o intracamerales, o por vía sistémica) muestran resultados heterogéneos, lo que no permite establecer una conclusión sobre la efectividad de la amfotericina B en estos pacientes. Respecto a la nefrotoxicidad es un efecto frecuente de la amfotericina B convencional por vía sistémica, reduciéndose a la mitad el riesgo cuando se emplea amfotericina B liposomal.
Tan solo hemos localizado un pequeño ensayo clínico controlado en el que a 45 pacientes, diagnosticados de queratitis fúngica(1)fueron distribuidos al azar en tres grupos de tratamiento: grupo I (tratamiento antimicótico tópico + antimicótico oral); grupo II (tratamiento antifúngico tópico + amfotericina intracameral + antifúngico oral); y grupo III (tratamiento antifúngico tópico + drenaje de hipopión + amfotericina intracameral + antifúngico oral). Tan solo en 2 pacientes se confirmó, mediante cultivo, la presencia de una especie de Fusarium. No hubo diferencias en las tasas de éxito del tratamiento (p = 0,66), tiempo de curación (p = 0,18) o agudeza visual media (p = 0,8) entre los tres grupos. El estudio concluyó que la amfotericina intracameral no ofrece ningún beneficio sobre la terapia antifúngica tópica cuando se realiza solo o asociado con el drenaje de hipopion.
Los sumarios de evidencia de Uptodate(9-11) resumen que la amfotericina B liposomal ha sido empleada con éxito en pacientes con queratitis fúngica por Fusarium, y ha sido utilizada por vía sistémica en los casos más graves o con infecciones por fusarium generalizadas. El tiempo de resolución con la aplicación del tratamiento osciló entre 8 y 300 días.
Una revisión sistématica de la Biblioteca Cochrane realizada para conocer la efectividad del tratamiento médico en la queratitis micótica y actualizada en 2015 (12) no ofrece información para poder establecer la efectividad de diferentes formas de administración de la amfotericina B en queratitis causadas por especies de Fusarium. Los autores concluyeron que había pruebas de que la natamicina era más efectiva que el voriconazol en el tratamiento de las úlceras micóticas y que los estudios de investigación futuros deberán evaluar los efectos del tratamiento de acuerdo a las especies de hongos.
Sobre la nefrotoxicidad de la amfotericina B las evaluaciones del fármaco(13,14), una revisión sistemática de la Cochrane(15) y la ficha técnica de la AEMPS(16) señalan que la amfotericina B por vía sistémica causa en la mayoría de los pacientes algún grado de insuficiencia renal, doblando la dosis sérica de creatinina en más del 26% de los pacientes tratados con ella(15).
La revisión sistemática de la Biblioteca Cochrane, realizada para comparar los efectos indeseables del desoxicolato de sodio de amfotericina B con la amfotericina B liposomal(15), incluyó 12 estudios (2.298 participantes). De éstos, 10 fueron metanalizados (2.172 participantes). El 26% de los pacientes tratados con amfotericina B, desarrollaron una insuficiencia renal, definido como la elevación en dos veces del valor de la creatinina sérica basal. La amfotericina B liposomal fue significativamente más segura que la amfotericina B convencional en cuanto al aumento de la creatinina sérica (Cociente de Riesgo 0,49; IC del 95%: 0,40 a 0,59). Los autores concluyeron que las pruebas actuales indicaban que la amfotericina B liposomal era menos nefrotóxica que la amfotericina B convencional.
La ficha técnica de la AEMPS(16) indica que "la amfotericina B liposomal ha demostrado ser menos tóxico que la amfotericina B convencional particularmente en lo que respecta a la nefrotoxicidad; sin embargo, se podría dar el caso de aparición de reacciones adversas incluyendo reacciones adversas renales, por lo que se debe prestar atención especial cuando se necesite un tratamiento prolongado. En los estudios comparativos entre la dosis de 3 mg/kg de amfotericina B liposomal al día, con dosis superiores (5, 6 ó 10 mg/kg al día), se observó que las tasas de incidencia del aumento de la creatinina sérica, hipopotasemia e hipomagnesemia eran mucho mayores en los grupos tratados con las dosis altas. Deberán evaluarse regularmente, mediante pruebas de laboratorio, los electrolitos séricos particularmente potasio y magnesio, así como la función renal, hepática y hematopoyética. Esto es particularmente importante en pacientes que reciban medicación nefrotóxica concomitante".