Con fecha 29/03/2012, se realizó la misma pregunta(1) y se informó que no se habían localizado recomendaciones concretas, en dos guías de práctica clínica (GPC) seleccionadas o en sumarios de evidencia, sobre cuando utilizar mantas térmicas para la prevención o el tratamiento de la hipotermia perioperatoria. En cuanto a la temperatura ambiental en el quirófano, se concluía que esta debería oscilar entre los 20 y 25 ºC.
La GPC del Institute for Clinical Systems Improvement (ICSI),(2) utilizada para la respuesta anterior, ha sido actualizada en el 2014 y no hace nuevas recomendaciones, ni cambia las realizadas al respecto. La otra GPC, de NICE,(3) no ha sido actualizada.
Se ha realizado una nueva búsqueda y de los nuevos documentos publicados, se ha seleccionado:
- Una Revisión Sistemática (RS) que evalúa la efectividad de los sistemas de calentamiento de la superficie corporal, preoperatorios o intraoperatorios (ABSW, por las siglas en inglés), o ambos, para prevenir las complicaciones perioperatorias de la hipotermia no intencional durante la cirugía en adultos(4). La RS señala que la hipotermia perioperatoria inadvertida (HPI) es un fenómeno que puede ocurrir como resultado de la supresión de los mecanismos centrales de regulación de la temperatura debido a la anestesia y de la exposición prolongada de grandes superficies de la piel a las bajas temperaturas en los quirófanos. La HPI se ha asociado con complicaciones clínicas tales como infección del sitio quirúrgico (ISQ) y retraso en la cicatrización de la herida, aumento del sangrado o eventos cardiovasculares. Una de las técnicas más utilizadas para prevenir la HPI son los ABSW, que generan calor trasferido al paciente por contacto con la piel. Son ABSW: luces de infrarrojos, mantas eléctricas, colchones o mantas con circulación de agua caliente, calentamiento por aire forzado o transferencia convectiva del calentamiento del aire, calentamiento de líquidos intravenosos y de irrigación, calentamiento y humidificación del aire anestésico y calentamiento de dióxido de carbono en cirugía laparoscópica, etc. Se incluyeron 67 ensayos (con 5.438 participantes) que incluyeron 79 comparaciones. Cuarenta y cinco ECA compararon ABSW versus control, mientras que 18 compararon dos tipos diferentes de ABSW y 10 compararon dos técnicas diferentes para administrar el mismo tipo de ABSW. El calentamiento forzado (FAW) fue la intervención más estudiada. Los ensayos variaron ampliamente en cuanto a si las intervenciones se aplicaron solas o en combinación con otros activos (basados en un mecanismo diferente de transferencia de calor) y / o métodos pasivos de mantenimiento de la normotermia. El tipo de participantes y las intervenciones quirúrgicas, así como el manejo de la anestesia, las co-intervenciones y el momento de la medición de los resultados, también variaron ampliamente. La comparación de ABSW versus control mostró una reducción en la tasa de ISQ, (cociente de riesgos [CR] 0,36; Intervalo de confianza (IC) del 95% de 0,20 a 0,66, 3 ECA, 589 participantes, evidencia de baja calidad). No se encontró ningún efecto beneficioso para la mortalidad. Los ABSW también redujeron la pérdida de sangre durante la cirugía, pero la magnitud de este efecto parece ser irrelevante. Se indica que nada sugiere que los sistemas ABSW plantean un riesgo significativo para los pacientes. La dificultad de observar un efecto beneficioso clínicamente relevante con el ABSW en otros resultados distintos de la temperatura puede explicarse por el hecho de que muchos estudios aplicaron procedimientos concomitantes que son rutinariamente implementados como co-intervenciones para evitar la hipotermia, ya sean sistemas de calentamiento pasivos o activos basados en otros mecanismos fisiológicos (por ejemplo, fluido de riego o calentamiento de gas), así como un control más estricto de la temperatura en el contexto del estudio en comparación con la práctica habitual. Estos pueden haber tenido un efecto beneficioso sobre los participantes en el grupo de control, lo que conduce a una subestimación del beneficio neto de los ABSW.
- Un ECA(5), no incluido en la anterior RS,que comparó el uso de una manta de calentamiento resistiva (RHB, por siglas en inglés) con el uso de una banda de calor en la prevención de HPI durante la laparotomía para cirugías ginecológicas. Se asignaron al azar a 32 pacientes sometidos a cirugía bajo anestesia general-epidural combinada, con una duración esperada de la cirugía de 2-4 h, para recibir la banda de calor o RHB. Las temperaturas corporales centrales de los dos grupos se compararon en varios periodos perioperatorios, además de la incidencia de temblores post-anestesia, tiempo de extubación y pérdida de sangre intraoperatoria. Las temperaturas corporales centrales fueron comparables entre los dos grupos en el período preoperatorio, inmediatamente después de la inducción de la anestesia y la incisión cutánea, 1 h después de la incisión, en el momento del cierre completo de la piel, en la extubación, sala de recuperación y 1 h después de la operación. No hubo diferencias significativas entre grupos en la incidencia de temblores post-anestesia, tiempo de extubación y pérdida intraoperatoria de sangre. Se concluye que la banda de calor es tan efectiva como la RHB para prevenir la HPI y sus complicaciones en las laparotomías ginecológicas.