No hemos encontrado ensayos clínicos que comparen resultados entre realizar aspiración del drenaje tras punción y entre la colocación de entrada de tubo de drenaje en niños con quilotórax. Tampoco hemos localizado recomendaciones concretas en sumarios de evidencia, ni en guías de práctica clínica. Basadas en series de pacientes, la actitud habitualmente recomendada es realizar la punción de drenaje diagnóstica y, si hubiera recidiva o en determinadas situaciones clínicas (neonatos, compromiso de la función respiratoria), colocar de entrada un tubo de drenaje acompañado de las medidas de tratamiento nutricionales.
Unas recomendaciones del tratamiento de los pacientes pediátricos diagnosticados de quilotórax, elaboradas tras revisión retrospectiva de una serie de 51 pacientes, fueron publicadas en 1999(1). En este documento se señalaba la ausencia de ensayos clínicos controlados para conocer la eficacia de las diferentes intervenciones en estos pacientes. En relación al drenaje, comentaba que el primer paso sería la aspiración del líquido pleural, realizando la primera toracocentesis con objetivos diagnósticos. Sin embargo si el tamaño del derrame comprometiera la función respiratoria, o el derrame fuera recidivante, debería insertarse de entrada un tubo para el drenaje continuo del espacio pleural.
En otra serie(2) que describe los resultados después de aplicar un protocolo de diagnóstico y tratamiento de quilotórax tras cirugía por problemas congénitos cardíacos parten de la colocación de tubo de drenaje en todos los casos.
Una revisión narrativa realizada en 2009(3) que incluyó propuestas de diagnóstico y tratamiento aconsejaba, igualmente como medida inicial, realizar un drenaje diagnóstico y si no desaparecía la ocupación pleural, o si estuviera comprometida la respiración insertar un tubo torácico con drenaje continuo.
Un estudio prospectivo publicado en 2014 se realizó con los objetivos de describir la incidencia, los perfiles de los pacientes, las estrategias de tratamiento y los resultados de los niños que presentaron un quilotórax en Reino Unido durante un período de 13 meses(4). De un total de 172 casos confirmados de quilotórax en edades inferiores a 16 años, el 65% se asoció a cirugía cardíaca y un 86,5% fue tratado con un catéter de drenaje intercostal.
Un estudio retrospectivo en 21 neonatos a los que se tuvo que realizar un drenaje torácico percutáneo (de ellos en 5 casos por un quilotórax) comparó los resultados utilizando drenaje aislado con catéter y con otras técnicas de aspiración(5). De los 16 casos que fueron tratados de entrada con la colocación de un tubo, la tasa de curación fue del 81%; mientras que en los cinco que fueron tratados inicialmente con una aspiración simple del derrame, en todos los casos hubo recidiva, teniendo que recurrir posteriormente a la colocación del tubo de drenaje.