De acuerdo con las cuatro revisiones sistemáticas seleccionadas(1-4) el consumo de tabaco supone un factor de riesgo para presentar una lumbalgia o una lumbociática, pero la asociación tiene un carácter débil y no puede asegurarse que sea una relación causal.
Una revisión sistemática(RS) publicada de 1999(1) incluyó 47 estudios. Los autores concluyeron en la existencia de una asociación estadísticamente significativa entre tabaco y presencia de dolor lumbar, pero no consistente en todos los estudios. En los estudios en los que la asociación era positiva ésta presentaba un carácter débil y solo se observó en estudios de muestra muy amplia. En los estudios en los que se encontró dicha asociación no se hallaron resultados consistentes en cuanto al efecto en dosis-respuesta, temporalidad o reversibilidad. En consecuencia aunque parece existir esta asociación, y el tabaco podría considerarse como un factor de riesgo, no puede establecerse una relación causal con la lumbalgia.
Otra RS de 2010 (2)incluyó en el metaanálisis 40 estudios (13 de cohortes y 27 estudios transversales). La asociación entre ser fumador activo y la incidencia de lumbalgia fue más fuerte entre adolescentes ["odds ratio"(OR )de 1,82, con IC al 95% de 1,42 a 2,33] que entre los adultos (OR de 1,16; IC al 95% de 1,02 a 1,32).
En una RS específica para incidencia de lumbociática(3), se incluyeron 8 estudios, encontrando una asociación entre lumbociática y el tabaco, la obesidad, factores laborales y el estado de salud. Para el tabaco, la asociación entre ser fumador y presentar una lumbociática tuvo una OR de 9,9; con un IC al 95%, de 1,7 a 53 . Para los ex-fumadores la OR fue de 13,1 (con un IC al 95% de 2,7 a 65,1).
Otra RS y también sobre el efecto del tabaco y lumbociática publicada en 2016(4) incluyó en el metaanálisis 28 estudios (13 de cohortes, 8 casos-control y 7 transversales). Los fumadores presentaron un incremento de riesgo para el dolor lumbar radicular o la ciática verificada clínicamente (OR ajustado de 1,46; con IC al 95% de 1,30 a 1,64). Para los ex-fumadores el riesgo fue ligeramente mayor comparado con los que nunca habían fumado (OR de 1,15; IC al 95% de 1,02 a 1,30,). La asociación no presentó diferencias entre hombres y mujeres, y fue independiente del diseño del estudio y de los factores de confusión identificados.