Considerando que se trata de una paciente “sana”, sin antecedentes significativos ni síntomas o signos que puedan hacer sospechar patología, la búsqueda bibliográfica realizada ha identificado series de casos publicadas en la década de los 90 en los que se describe el hallazgo casual de áreas residuales de médula ósea hematopoyética a nivel de diáfisis distal del fémur en adultos sanos (en los que, en la mayoría de los casos, no es habitual este hallazgo ya que a medida que aumenta la edad va involucionando la médula ósea roja o con función hematopoyética de los huesos largos del esqueleto apendicular)(1-3). En otra series de casos se informa de la existencia de un proceso de reconversión de la médula ósea grasa a médula ósea roja (o hematopoyética) relacionada con procesos no patológicos como el hábito tabáquico(4).
En todos los documentos se informa que la médula ósea hematopoyética muestra una disminución de la señal en la secuencia T1 de la Resonancia Magnética (RM), aunque hiperintensa en relación al músculo esquelético. Además se describe que la prevalencia del hallazgo de médula ósea hematopoyética es mayor en mujeres.
En el más clásico de los documentos(1) se encuentra una prevalencia del 0,7%: de 1400 exploraciones con RM se encontró médula ósea hematopoyética en 10 pacientes (de entre 32-72 años de edad; 9 de los 10 pacientes fueron mujeres).
En otra serie comparativa de casos(2) se propuso determinar la prevalencia relativa de la hiperplasia de médula ósea hematopoyética en los exámenes de RM de rodillas de voluntarios sanos (n = 74), de pacientes con síntomas de patología de la rodilla (n = 54), y corredores de maratón asintomáticos (n = 23) (las edades medias de los sujetos fueron 35 años, 38 años y 40 años, respectivamente). La prevalencia de hiperplasia de la médula ósea hematopoyética fue del 3% (2/74) para los voluntarios sanos, del 15% (8/54) para los pacientes con afectación de la rodilla y del 43% (10/23) para los corredores de maratón. La diferencia en la prevalencia entre cada uno de los tres grupos fue estadísticamente significativa (p < 0,05) y el fémur distal fue la única zona afectada.
Y en otra serie de casos(3) también se evaluó la incidencia de médula ósea hematopoyética en el fémur distal en 51 pacientes adultos (edad media de 47 años) que se sometieron a una RM para la evaluación de procesos sintomáticos a nivel de la rodilla. En este estudio los resultados mostraron una prevalencia del 35% (18 de los 51 individuos), mucho más alta que la encontrada en la series previas.
El hallazgo casual de médula ósea roja residual también se describe en trabajos de reciente publicación:
- En una revisión narrativa de 2016(5) se revisan la lesiones de la médula ósea a nivel de la rodilla y entre dichas lesiones se menciona la presencia de médula ósea hematopoyética comentando que dicha lesión se caracteriza por mostrar en la RM una señal T1 baja que es más alta que la señal del músculo adyacente.
- En una serie de casos de 2015(6) se analizó la correlación entre el hallazgo de áreas residuales de médula ósea roja (descritas como hipointensas en T1) a nivel de la metáfisis femoral distal con la edad, el sexo, el peso y los valores de hemoglobina en 140 pacientes, no fumadores, con edades de entre 26 y 72 años (92 mujeres, 48 hombres) que se habían realizado exámenes de RM de la rodilla. No se observaron diferencias significativas en base a la edad, el peso o los valores de hemoglobina pero se detectó una diferencia significativa en la distribución por género: la presencia de médula ósea roja residual en la metáfisis femoral distal fue mayor en el grupo femenino (p = 0,003).
- Por último comentar que en un póster presentado en el 31 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM)(7) se expone que “En el adulto la mayor parte de la médula ósea es grasa; encontramos médula ósea hematopoyética en las metáfisis proximales del fémur y húmero y en el esqueleto axial (calota craneal, vértebras, pelvis, esternón y costillas) siendo en estas localizaciones donde nos encontramos con patrones más heterogéneos, normales, debido a la presencia de restos de médula ósea roja en transformación.” Se comenta en el póster que el aspecto de la médula ósea roja normal en la RMN corresponde a una baja intensidad en la secuencia T1 y una alta intensidad utilizando la técnica de saturación espectral (FAT-SAT) y el método STIR (“Short TI Inversion Recovery”) y se incorporan imágenes en las que se observan restos de médula ósea roja en la región metáfisis/diáfisis del fémur distal de aspecto geográfico o lineal.