Centrándonos en documentos que hacen mención al impacto del índice de masa corporal (IMC) materna en la duración del parto de mujeres con sobrepeso/obesidad sin otra comorbilidad, se concluye (en base fundamentalmente a datos que proceden de estudios observacionales) que en mujeres nulíparas con un IMC elevado la duración de la fase activa de la primera etapa del parto (periodo que transcurre entre los 4 cm de dilatación hasta la dilatación completa) es mayor que en mujeres con IMC considerado dentro del rango de la normalidad. Sin embargo, el IMC no se asocia a un aumento de la duración de la segunda etapa del parto (periodo desde la dilatación cervical completa hasta la extracción del feto).
La guía de práctica (GPC) del “American College of Obstetricians and Gynecologists“ de diciembre de 2015(1), sobre la obesidad en el embarazo, plantea que el aumento del IMC materno, particularmente en el caso de mujeres nulíparas, se ha asociado con un parto más prolongado (en base a los resultados de un estudio observacional que mostró una asociación positiva entre la duración del parto y el peso materno: en cada incremento de 10 kg, se observó un aumento del intervalo de tiempo desde el inicio de la inducción con oxitocina al parto de 0,3 horas en gestantes nulíparas; p = 0,02)(2). Añade además que en otro estudio observacional la mediana de la duración del trabajo de parto de los 4 cm a los 10 cm de dilatación fue significativamente mayor en mujeres con sobrepeso (IMC 26,1-29,0 kg/m2) y obesas (IMC > 29,0 kg/m2), en comparación con las mujeres de peso normal (7,5; 7,9 y 6,2 horas, respectivamente), tras ajustar por los factores de confusión altura materna, inducción del parto, rotura de membranas, uso de oxitocina, uso de anestesia epidural, aumento neto de peso materno y tamaño fetal(3).
No obstante, también se hace referencia a otro estudio observacional que encontró que el aumento del IMC materno no se asoció con una segunda etapa del trabajo de parto más larga en mujeres nulíparas(4): la duración de esta etapa del parto en mujeres con peso normal fue de 1,1 horas; en mujeres con sobrepeso de 1,1 horas; y en mujeres con obesidad de 1,0 horas (P = 0,13) (peso normal se definió como IMC de 18,5-24,9 kg/m2; sobrepeso como un IMC de 25,0-29,9 kg/m2; y la obesidad como un IMC de 30 o más kg/m2).
En consecuencia, la guía recomienda (con un nivel de evidencia B: basada en evidencia científica limitada o inconsistente) que en mujeres obesas debería permitirse una primera etapa de parto más larga antes de considerar realizar una cesárea por interrupción del trabajo de parto.
El sumario de evidencia de Uptodate(5) que aborda los trastornos en la progresión del parto incluye la obesidad materna entre los factores de riesgo de que un parto indiciado de forma espontánea progrese de forma anormal. En concreto se comenta que el aumento del IMC se correlaciona con una mayor longitud de la primera etapa del parto. Se hace referencia a un amplio estudio de cohortes (N = 118,978 gestantes con un embarazo a término de feto único en posición cefálica) en el que se analizó el patrón de la progresión del parto en función del IMC de la mujer: la mediana del tiempo para dilatar de 4 a 10 cm en mujeres nulíparas con IMC < 25 kg/m2 y > 40 kg/m2 fue de 5,4 y 7,7 horas, respectivamente, incluso después de controlar múltiples factores de confusión(6). Los autores concluyeron que se debería permitir más tiempo para el progreso del trabajo en estas pacientes(6).
Al igual que en la GPC previa, el sumario indica que la obesidad materna no está correlacionada independientemente con la duración de la segunda etapa del trabajo de parto(4).
La búsqueda en las bases de datos de estudios ha identificado otro estudio de cohortes prospectivo(9), no mencionado en los documentos previos, que tiene como objetivo evaluar si la duración de la fase activa del trabajo de parto está asociada con el IMC materno, en mujeres nulíparas:
En el estudio se incluyeron 63.829 mujeres nulíparas con un embarazo de feto único y un inicio espontáneo del parto. Al analizar los resultados se observó que la mediana de la duración del parto fue significativamente más larga en mujeres obesas (obesidad clase I, IMC 30 - 34,9 kg/m2, = 9,1 horas; obesidad clase II, IMC 35 - 39,9 kg/m2, = 9,2 horas; y obesidad clase III, IMC > 40 kg/m2, = 9,8 horas) en comparación con la duración del parto en las mujeres de peso normal (IMC 18,5 - 24,9) = 8,8 h (p <0,001). El riesgo de que el trabajo de parto durase más de 12 horas aumentó con el aumento del IMC materno: odds ratio [OR] 1,04 (1,01-1,06) (OR por 5 unidades de aumento del IMC). En cambio, la duración de la segunda etapa del parto fue significativamente más corta en mujeres obesas: en mujeres con obesidad clase III, la mediana de la duración fue de 0,45 horas en comparación con 0,55 horas en mujeres de peso normal (p < 0,001). Se concluía que en las mujeres nulíparas con un inicio espontáneo del parto, la duración de la fase activa del parto aumentaba significativamente con el aumento del IMC materno y que es clínicamente importante considerar esta prolongación de la primera etapa del trabajo de parto en mujeres obesas con el fin de optimizar el manejo de este grupo de mujeres.
Además, una revisión de la literatura(10) describe la patofisiología de la alteración en el inicio y en la progresión del parto en mujeres obesas y plantea una serie de recomendaciones práctica a tener en cuenta respecto a su manejo. Entre las recomendaciones intraparto se incluye el permitir más tiempo para el trabajo de parto en mujeres obesas sin comorbilidad bajo vigilancia fetal y materna precisa.