El plan de parto es un documento en el que la mujer puede expresar por escrito sus preferencias, necesidades, deseos y expectativas sobre el proceso de parto y del nacimiento(1).
Son pocos los estudios que comparan directamente la satisfacción con el parto de las mujeres que han cumplimentado un plan de parto, con la de las mujeres que no han contado con este plan; y las diferencias de los instrumentos utilizados y entorno culturales no nos permiten establecer una conclusión firme. Los pocos estudios identificados y revisados nos sugieren que la realización de un plan previo aumenta la satisfacción de la mujer con el proceso de toma de decisiones y reduce el temor a enfrentarse al parto, pero puede que la satisfacción con el parto sea menor, sobre todo cuanto más solicitudes de intervención son escogidas en el plan.
La guía de práctica clínica de atención al embarazo y al puerperio, incluida en GuíaSalud(2) se planteó responder a la pregunta ¿es beneficioso realizar un plan de nacimiento durante el embarazo? y revisó para ello la evidencia y realizó recomendaciones al respecto:
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La revisión tan solo identificó un ensayo clínico controlado(3) realizado en 296 mujeres gestantes que, de forma aleatoria, se les ofreció a un grupo cumplimentar un plan de parto, mientras que al otro grupo se le ofreció la atención habitual (grupo control). Un día después del parto, cumplimentaron un cuestionario sobre su experiencia y expectativas. El grupo del plan del parto mostró una puntuación más elevada de experiencias positivas, con mayor grado de control del proceso de nacimiento que el grupo control.
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Sobre los valores y preferencias de las gestantes, la guía resumió que: "existen varios estudios en los que se ha explorado mediante una encuesta diferentes aspectos relacionados con los planes de parto. En uno de ellos se identificó que los/las profesionales sanitarios las tienen una percepción diferente que las gestantes de los planes de parto, que en algunos aspectos llega a ser negativa. En este estudio se mostró como el 65 % de los/las profesionales frente al 2 % de las mujeres que completaban un plan de parto, opinaba que las mujeres con un plan de parto tenían peores resultados obstétricos y tenían un porcentaje más alto de parto por cesárea (65 % frente a 8%). En otro estudio las mujeres que completaban el plan de parto no siempre percibían el procedimiento como seguro y valoró como positiva la información recibida relacionada con el parto, pero no la relacionada con el puerperio. Otros estudios han destacado la utilidad de los planes de parto para conocer el proceso y las posibles intervenciones implicadas en el parto, dando la posibilidad de discutir las opciones disponibles(4) , mejorar la comunicación con los/las profesionales sanitarios, la confianza durante el parto y la comprensión del proceso(5). En este sentido, un estudio reciente(6) ha confirmado que si bien el plan de parto no mejora la experiencia del parto, sí contribuye a mejorar la preocupación o el temor de algunas mujeres ante este proceso.
- Entre las recomendaciones relacionadas con el plan de parto, la guía estableció:
- Como recomendación débil, "sugiere ofrecer a las mujeres embarazadas la posibilidad de elaborar un plan de parto y nacimiento a partir de la semana 28 que permita conocer las preferencias de la mujer".
- y como una conclusión de los redactores: "se sugiere que el plan sea recibido por el hospital e incorporado a la historia clínica con la finalidad de que los/las profesionales que atiendan el parto conozcan los deseos de la mujer y puedan planificar el parto conjuntamente".
Destacamos dos estudios publicados posteriormente a la revisión de esta guía:
- En un estudio prospectivo realizado en 302 mujeres gestantes, unas que cumplimentaron un plan de parto y otras no, las mujeres que expresaron un elevado número de solicitudes concretas de intervención a realizar en el parto mostraron una satisfacción menor global con la atención al parto(7). Aunque tener un mayor número de solicitudes que fueron atendidas durante el parto se relacionó con una mayor satisfacción global (p = 0,03), tener un alto número de solicitudes se asoció con una reducción del 80 por ciento en la satisfacción general con la experiencia del parto (p <0,01).
- Un estudio cualitativo, con cuatro grupos focales y un total de 23 madres(8), concluyó que las madres que habían diseñado planes de parto mostraron niveles más bajos de satisfacción, así como sentimientos de decepción y frustración, al haber desarrollado ciertas expectativas sobre cómo sucedería el parto. Las madres sin plan de parto, posiblemente desconocedoras de la existencia de estos planes, fueron menos exigentes en cuanto a la planificación de su parto y se dejaron llevar más por la improvisación en función de la evolución del alumbramiento.
Una revisión narrativa con una adecuada revisión bibliográfica y publicada en 2010(9) indicó respecto a la satisfacción generada por los planes de parto, que "no siempre mejoran la satisfacción y que lejos de mejorar las relaciones, parece que, a veces, irritan al personal obstétrico, con resultados adversos en cuanto al desenlace del parto". Concluyó en la necesidad de realizar investigaciones respecto a esta cuestión para garantizar la idoneidad de las prácticas obstétricas en nuestro entorno, que permitan en definitiva mejorar las expectativas de las mujeres, así como los resultados y/o la satisfacción tanto de las mujeres como de los profesionales.