En base a la revisión realizada no se puede concluir que el consumo de alcachofa (Cynara scolymus) o de extractos de hojas de alcachofa pueda tener algún efecto hepatoprotector.
La búsqueda realizada en los recursos habitualmente consultados (incluidas las bases de datos de estudios Medline y Embase y Google Académico) ha identificado un único ensayo clínico aleatorio en humanos realizado con el objetivo de evaluar el potencial efecto del consumo de esta sustancia en la mejora de patología hepática (en concreto en el hígado graso no alcohólico) pero su pequeño tamaño muestral y la imposibilidad de evaluarlo de forma crítica sugiere cautela a la hora de valorar sus resultados positivos; en otro ensayo clínico aleatorio controlado con placebo, se señala en potencial efecto hepatoprotector del extracto de hojas de alcachofa en pacientes con gota y afectación de sistema hepatobiliar asociada, sin embargo este estudio presenta las mismas limitaciones comentadas para el previo.
En el abstract del primer ensayo clínico(1) (el texto completo está en polaco) se indica que 90 pacientes con hígado graso no alcohólico fueron asignados aleatoriamente a tres grupos que recibieron recibieron metformina, suplementos de Chlorella vulgaris (alga verde unicelular) y extractos de hojas de alcachofa. Inicialmente se habían medido los lípidos y enzimas hepáticas y, tras el periodo terapéutico, las enzimas hepáticas se midieron de nuevo. En el apartado de resultados se comenta que al inicio del estudio, la edad media, la presión arterial sistólica y diastólica, el índice de masa corporal, o los valores de las enzimas hepáticas (alanina aminotransferasa, ALT, y aspartato aminotransferasa, AST) y de lípidos sanguíneos no mostraron diferencias significativas entre los grupos y que, después de la finalización del tratamiento, los niveles séricos de ALT y AST, la presión arterial sistólica y diastólica y el índice de masa corporal disminuyeron significativamente en los tres grupos.
Los autores destacan en la conclusión los efectos beneficiosos de la alcachofa y la Chlorella vulgaris en pacientes con hígado graso no alcohólico aunque sugieren la necesidad de llevar a cabo nuevos estudios con muestras de mayor tamaño para la evaluación precisa de estos efectos.
En el resumen de otro ensayo clínico aleatorio presentado en un congreso en 2010(2) encontramos que 46 pacientes con gota fueron aleatorizados a recibir 3 veces al día alcachofa (Cynara scolymus, 200 mg) o placebo durante 3 semanas y, tras ese periodo, se observó que la alcachofa favoreció la regresión del proceso de disfunción del sistema hepatobiliar asociado a la gota, al normalizar los valores de bilirrubina sérica, ácido úrico, urea y de las enzimas hepáticas en suero. En base a estos datos se concluía que la alcachofa tenía un efecto hepatoprotector frente al placebo en sujetos con gota.
En un informe de un caso(3) se describe el caso clínico de una paciente afecta de esclerosis múltiple que tras recibir tratamiento con pulsos de 1 g de metilprednisolona diarios durante 10 días (por un ataque agudo) y consumir una dosis única de 150 mg de fluconazol oral para el tratamiento de una vaginitis, comenzó con síntomas y signos clínicos y de laboratorio de hepatotoxicidad por fluconazol. Después de 2 semanas de medidas higiénico-dietéticas, los niveles de ALT y AST disminuyeron a 100 U/L, mientras que la bilirrubina total aumentó hasta niveles de 36 mg/dL. En este punto la paciente decidió comenzar a consumir alcachofa (té de alcachofa con aproximadamente 30 gr de hojas secas de alcachofa, 3 veces por día [1,5 gr/kg de peso corporal]). Una semana más tarde, el nivel de bilirrubina total se redujo de 36 mg/dl a 27 mg/dL y los niveles de ALT-AST se normalizaron. Todas las pruebas de la función hepática se normalizaron 2 meses después del diagnóstico inicial.
Se han localizado además una reciente revisión narrativa(4) sobre los beneficios clínicos del extracto de hoja de alcachofa en la cual se establece que muchos estudios han demostrado la acción hepatoprotectora de este producto, que está relacionada con sus compuestos activos y que apoyan el uso de la alcachofa como agente antioxidante y hepatoprotector pero todos los estudios que se referencian son de experimentación animal o estudios de experimentación “in vitro”. En los resumenes de otras dos revisiones narrativas(5,6) (el lenguaje de los documentos a texto completo también es el polaco) se menciona el efecto hepatoprotector de la alcachofa.
Por otra parte, en un ensayo clínico no controlado(7) 17 pacientes con hepatitis C crónica y niveles de transaminasas persistentemente elevados fueron tratados durante 12 semanas con extractos de hojas de alcachofa (3200 mg por día). La variable de resultado primaria fue la tasa de normalización de la ALT después de 12 semanas. Tras el periodo de seguimiento, en ninguno de los pacientes se habían normalizado los niveles de ALT. Respecto a otros parámetros evaluados: no hubo ningún cambio significativo de los niveles de las aminotransferasas o de la carga viral en comparación con los niveles de referencia; la fatiga y los problemas conjuntos mejoraron significativamente después de 4 semanas de tratamiento, pero, sin embargo, después de 12 semanas, no había diferencias significativas respecto a la línea de base. La tolerabilidad del extracto de alcachofa fue calificado como bueno-excelente y no se produjeron efectos secundarios graves.
Se concluía en el estudio que el extracto de hojas de alcachofa no parece ser efectivo para mejorar los niveles de transaminasas en pacientes con hepatitis C crónica
No se menciona la alcachofa en una revisión narrativa(8) que revisa los productos naturales con efectos hepatoprotectores y no se incluye la patología hepática entre las dolencias valoradas en otra revisión narrativa(9) que describe los usos clínicos del extracto de alcachofa.