La radiofrecuencia monopolar (RFM) Capacitiva/Resistiva, también conocida como transferencia eléctrica capacitiva resistiva, es una técnica electroterápica que basa su acción biológica en la transformación de una energía de alta frecuencia relativa (0,5 MHz), en un significativo incremento de temperatura celular y tisular. La RFM Capacitiva/Resistiva se basa en la utilización sucesiva de dos técnicas, primero de Transferencia Capacitiva, seguida por Transferencia Resistiva.
La RFM, tal y como se describe en el sumario de evidencia de Uptodate sobre rejuvenecimiento cutáneo(1), se engloba dentro de las técnicas no invasivas empleadas para el tratamiento de las arrugas y la laxitud de la piel.
La búsqueda en las bases dedatos de estudios habituales (Medline y Embase) y buscadores genéricos como Google Académico, no ha identificado ensayos clínicos en los que se evalúe la efectividad de la RFM en el manejo de adherencias tisulares.
Respecto al manejo de cicatrices, se ha identificado un pequeño ensayo clínico cruzado, en el que participaron pacientes con cicatrices hipertróficas o queloides, que no encuentra beneficios clínicos tras la aplicación de RFM.
En el ensayo clínico mencionado(1) participaron 10 pacientes (6 con cicatrices hipertróficas y 4 con cicatrices queloides) que fueron tratados con el dispositivo ThermaCool (se trató sólo una parte de la cicatriz, utilizándose otra parte de la misma cicatriz como control). Las cicatrices se evaluaron antes del tratamiento y 12-24 semanas después del tratamiento (síntomas, pigmentación, vascularización, flexibilidad, y altura). Tras el seguimiento, no se encontraron diferencias significativas entre las zonas control y las zonas de las cicatrices en las que se aplicó el tratamiento con RF.
Por otra parte, en dos revisiones narrativas(3,4) que analizan el papel de la RF en la dermatología cosmética, se menciona su potencial utilidad en el tratamiento del acné quístico activo. Para apoyar esta afirmación, se hace referencia en ambas revisiones a una serie de casos(5) de 22 pacientes, 10 mujeres y 12 hombres, de edades comprendidas entre 16 de a 28, con acné quístico cicatricial activo, de gravedad moderada a severa. Los 22 pacientes fueron tratados con RFM (dispositivo ThermaCool TC; Thermage, Inc. Hayward, CA). En 20 de los pacientes se llevó a cabo una sesión y en 2 pacientes se aplicaron dos sesiones (utilizando 65-103 J/cm2). Se observó una reducción en el recuento de lesiones de acné activo del 75% en el 82% de los pacientes (n=18), y una reducción del 25% a 50% en el 9% de los pacientes (n=2). El otro 9% de los pacientes (n=2) tratados no tuvieron respuesta al tratamiento (reducción menor del 25% en el recuento de lesiones de acné activo). Los autores indican que en algunos pacientes se encontró un efecto beneficioso dual del tratamiento: una disminución en la actividad de acné más una mejora en la cicatrización subyacente. La diferencia entre los recuentos de lesiones antes y después del tratamiento fue estadísticamente significativa (p < 0,009).
No obstante, a pesar del beneficio encontrado, en una de las revisiones se señala que estos hallazgos no se han confirmado en otros estudios(3).