De acuerdo con los sumarios y guías de práctica clínica consultadas, en un paciente diagnosticado de una diabetes tipo 2, el estudio de microalbuminuria y filtrado glomerular debe realizarse en el momento del diagnóstico y, si los resultados fueran normales, repetirse cada año. No hemos encontrado pautas que señalen que es necesario realizar estas pruebas con mayor periodicidad si los controles metabólicos están situados fuera de los márgenes marcados como deseables.
El sumario de evidencia de Dynamed(1): basado en la guía de práctica clínica de la Asociación Americana de Diabetes, actualizada en 2015(2), recomienda realizar una medición de la creatinina en suero (con una estimación del filtrado glomerular) y de microalbuminuria en el momento de establecer el diagnóstico de diabetes tipo 2 y repetirlas posteriormente cada año. La guía otorga a la recomendación del cribado anual de microalbuminuria un grado B (basado en estudios de cohortes o de casos-controles bien realizados).
Idénticas recomendaciones encontramos en el sumario de BestPractice(3) y en diferentes guías de práctica clínica(4,5,6,7). Las guías recomiendan realizar la medición con una mayor periodicidad si hay un grado de insuficiencia renal crónica; pero no hay una recomendación de realizarlo con mayor frecuencia, si el control metabólico de la diabetes no fuera el adecuado.
Un estudio de evaluación económica con un modelo teórico aplicado a la población mayor de 50 años en Suiza(8) muestra que sería más coste-efectivo la realización del cribado de albuminuria, durante el seguimiento de un paciente con diabetes tipo 2, cada 2 años; sin embargo una revisión sistemática, realizada en el contexto de un informe de evaluación de tecnologías sanitarias y publicada en 2014(9), concluye que el coste-efectividad es mejor si el cribado se realiza, en los pacientes diagnosticados de diabetes tipo 2, anualmente.