No hay estudios que demuestren que realizar una dieta restringida de determinados alimentos (astringente) mejore la evolución en una gastroenteritis no grave en edad infantil. La introducción de alimentos y la dieta a seguir en una diarrea leve en pediatría dependerá de la edad y de la dieta que se estaba realizando en el momento de la aparición de la diarrea. Las recomendaciones van en el sentido de evitar restricciones y de comenzar de manera precoz la alimentación habitual. El único alimento que parece necesario evitar, mientras continúe la diarrea, son los zumos de frutas azucarados.
En un ensayo clínico randomizado publicado en 1990(1), 176 niños sanos menores de 1 año de edad y con diarrea leve, fueron asignados, o bien a un grupo de dieta (24 horas de hidratación oral y luego alimentación con fórmula diluida de leche de vaca, o de soja), o a otro grupo en el que se siguió su alimentación habitual. No hubo diferencias, estadísticamente significativas, entre los dos grupos. El ensayo concluyó que la dieta sin restricciones, en niños menores de un año, no parece afectar la evolución de los síntomas de una diarrea leve.
Otro ensayo randomizado publicado en 2005(2) fue realizado en 90 niños con diagnóstico de diarrea aguda y de una edad media de 10 meses. 30 pacientes fueron alimentados dos veces al día, como parte de su dieta, con un zumo de manzana; 30 con zumo de uva; y 30 con agua, coloreada y aromatizada. En los grupos de zumo de frutas, la duración de la diarrea fue un poco más prolongada y, durante el primer día de evolución, la pérdida de volumen de heces fue algo mayor ; pero la ingesta de calorías fue mayor y en consecuencia la pérdida ponderal fue menor en los que tomaron zumos de frutas.
Sobre el momento en el que reiniciar la alimentación, una revisión sistemática de la Biblioteca Cochrane(3) fue realizada con el objetivo de comparar la eficacia y la seguridad del reinicio de la alimentación temprano versus tardío en niños con diarrea aguda.
- Se incluyeron 12 ensayos con 1.283 participantes.
- No hubo diferencias significativas entre los dos grupos de reinicio de la alimentación en el número de participantes que necesitaron líquidos intravenosos no programados (seis ensayos con 813 participantes), que presentaron episodios de vómitos (cinco ensayos con 466 participantes) y diarrea persistente (cuatro ensayos con 522 participantes).
- La duración media de la estancia hospitalaria también fue similar (dos ensayos con 246 participantes).
- Los autores concluyeron que no existen pruebas de que el reinicio de la alimentación temprano aumente el riesgo del uso de líquido intravenoso no programado, episodios de vómitos y diarrea persistente. No fue posible establecer conclusiones con respecto a la duración de la diarrea.
La revisión de guías de práctica clínica(4,5,6) y de un sumario de evidencia(7) coinciden en señalar que:
- El tratamiento fundamental en una diarrea aguda en niños es la hidratación oral, y la pauta a seguir dependerá de la edad, de la afectación clínica y de la evaluación de la deshidratación existente.
- No se recomienda, en los casos de diarrea leve-moderada, establecer un período de ayuno durante el cual evitar alimentos.
- La dieta normal debe continuarse de manera inmediata, o precozmente, si no hay signos de deshidratación.
- En los niños alimentados con lactancia materna esta debe ser continuada normalmente, incluso en la fase de hidratación oral.
- En general no son necesarias nuevas formulaciones en lactancia (libre de lactosa, como la soja) o diluciones de la fórmula habitualmente utilizada.
- En niños pequeños se recomiendan comidas frecuentes y de menor tamaño (hacer unas 6 comidas al día).
- Los niños mayores deben recibir su dieta normal, con la comida y bebida habitual. La dieta debe ser la apropiada a la edad, sin restricciones y debe incluir carbohidratos complejos, carne, yogur, frutas y verduras.
- Aunque con frecuencia se ha sugerido seguir una dieta especial (basada en plátanos, arroz, extracto de manzana y pan tostado) no se ha demostrado claramente su efecto y no parece que haya un beneficio en la utilización de dietas restrictivas. En algunos niños esta dieta podría suponer una nutrición subóptima.
- Se deben evitar zumos de frutos en conserva y/o azucarados y bebidas carbonatadas hasta que cese la diarrea: son hiperosmolares y pueden agravar la evolución.