El diagnóstico de déficit selectivo parcial de IgA no debe realizarse antes de los 4 años, dado que hasta esa edad las deficiencias detectadas pueden ser reversibles. Estudios recientes cuestionan incluso este límite de edad, al haber constatado un aumento de los niveles previamente disminuidos de IgA, hasta la adolescencia.
Los sumarios de evidencia de Uptodate(1,2) definen el diagnóstico selectivo de déficit de IgA, como la detección de niveles bajos de IgA , con niveles normales de IgG y de IgM, en personas mayores de 4 años de edad, en las se excluyen otras causas de inmunodeficiencia. El diagnóstico debe ser realizado a partir de los 4 años de edad ya que los niveles de anticuerpos antes de esa edad pueden estar disminuidos sin la presencia de una disfunción del sistema inmunitario y que los niveles bajos detectados previamente pueden normalizarse hasta esa edad. Establece el déficit parcial como la presencia de niveles de IgA superiores a 7mg/dl pero por debajo de 2 desviaciones estándar de lo que le correspondería ajustado a su edad. En niños pequeños en los que se detecta un déficit parcial, recomienda realizar un seguimiento para comprobar si la deficiencia persiste, o se recupera posteriormente de manera espontánea.
Los sumarios citan una series de casos(3) en los que 80 niños con déficit selectivo de IgA fueron seguidos durante un período de 1,5 a 9 años. En los 40 niños con un deficiencia severa (IgA menor de 5 mg/dl ) no se incrementaron los valores; mientras que en la mitad de los 40 niños con un déficit parcial, se normalizaron los valores con una media de seguimiento de 4 años y a una edad media de 14 años.
Otro estudio posterior realizado en 654 niños diagnosticados de deficiencia de IgA y con edades entre 4 a 13 años de edad(4) mostró que el 23% de los niños diagnosticados a los 4 años de edad de déficit de IgA incrementaron sus valores posteriormente por encima de 7 mg/dl.