No se han localizado guías de práctica clínica que aborden el manejo de un paciente con patología infecciosa gastrointestinal y aislamiento de Aeromonas Hydrophila (A. Hydrophila) en heces, en el que persiste la clínica tras pautar tratamiento antibiótico. Tampoco se han localizado informes de casos en los que se describa la actitud terapéutica a seguir ante esta situación clínica.
En general, los documentos seleccionados(1-3) señalan que, en la mayoría de las ocasiones, la patología infecciosa gastrointestinal por A. Hydrophila es autolimitada (precisando sólo medidas dietéticas y de rehidratación), y que el tratamiento antibiótico estaría únicamente indicado en casos de patología grave y en pacientes con algún tipo de inmunodepresión.
El sumario de evidencia de Uptodate que revisa las infecciones por el género Aeromonas(1), respecto al enfoque clínico a adoptar, comenta que la mayoría de los casos de diarrea asociada a Aeromonas son autolimitadas y se pueden manejar con terapia de apoyo, incluyendo la rehidratación oral e intravenosa. Añade que, en base a casos anecdóticos, los antibióticos pueden tener utilidad clínica en pacientes con diarrea grave y/o una historia de inmunosupresión (además, el tratamiento con antibióticos estaría indicado en casos de infección de heridas y bacteriemia).
Se indica también, que dada la emergente resistencia a los antibióticos, son esenciales las pruebas de sensibilidad a los antimicrobianos en las muestras obtenidas. A la espera de la identificación de especies y las pruebas de sensibilidad, la terapia empírica inicial de infecciones por Aeromonas spp con una fluoroquinolona, una cefalosporina de tercera generación, o trimetropin-sulfametoxazol (TMP-SMX) proporcionaría una cobertura antibiótica razonable.
Sin embargo, dado el perfil de resistencias, se destaca que si la infección se adquiere después de un viaje a Taiwán o a España(4), TMP-SMX no debe ser el tratamiento empírico elegido.
Respecto a la duración del tratamiento, se establece que no hay datos de ensayos clínicos que orienten la decisión. En consecuencia, la duración terapéutica debe guiarse por la respuesta clínica. Se proponen como cursos razonables de tratamiento: 3 días de terapia para el tratamiento de la diarrea; de 7 a 10 días para el tratamiento de infecciones de heridas; y dos semanas para el tratamiento de la bacteriemia (aunque la duración de la terapia puede necesitar ser ajustada dependiendo de las circunstancias individuales).
Como recomendación el sumario indica que a la espera de la identificación de especies y las pruebas de sensibilidad, se sugiere un tratamiento empírico inicial de las infecciones sospechosas de Aeromonas (diarrea severa, infecciones de heridas, bacteriemia) con una fluoroquinolona, cefalosporina de tercera generación, o TMP-SMX (Grado de recomendación 2C)*.
En una guía de práctica clínica publicada en 2001(2) se menciona que una cantidad cada vez mayor de información sugería que Aeromonas es un patógeno entérico en el huésped sano y que, por lo general, se asocia con diarrea leve, aunque a veces crónica y en ocasiones con sangre. Se añadía que TMP-SMZ era el agente antibiótico de elección, si se considera necesaria la terapia antimicrobiana (concretamente TMP-SMZ 160/800 mg, dos veces al día durante 3 días si es susceptible) (Grado de recomendación B; nivel de evidencia III)*. Como alternativa terapéutica se proponía una fluoroquinolona (por ejemplo, 300 mg de ofloxacino, 400 mg de norfloxacino, o 500 mg de ciprofloxacino, dos veces al día durante 3 días) (Grado de recomendación B; nivel de evidencia III)*. En pacientes inmunocomprometidos el tratamiento sería el mismo (Grado de recomendación B; nivel de evidencia III)*.
En una revisión narrativa sobre las infecciones por Aeromonas en paises en desarrollo(3) también se comenta las infecciones gastrointestinales por Aeromonas son generalmente autolimitadas y, aunque el tratamiento de los pacientes con síntomas de diarrea infecciosa con antibióticos sigue siendo un tema controvertido, se considera que estos deberían ser iniciados en aquellos pacientes que están gravemente enfermos y en pacientes con factores de riesgo para la propagación extraintestinal de la infección, después de la obtención de adecuadas muestras sanguíneas y cultivos fecales. Sin embargo, no se proponen pautas terapéuticas concretas.
Respecto al patrón de resistencias de Aeromonas en nuestro país, un estudio de laboratorio(5) más reciente que el que se referencia en el sumario de evidencia, revela el aislamiento de cepas de A. Hydrophila resistentes a ticarcilina, amoxicilina-ácido clavulánico, cefoxitina, e imipenem, independientemente de la fuente de aislamiento (heces, agua, o peces). Las cepas aisladas se mostraron sensibles a las cefalosporinas de última generación y las fluoroquinolonas.