No se han encontrado investigaciones que comparen las vivencias/disfunciones sexuales de parejas infértiles con parejas fértiles. Pero se ha encontrado 2 estudios descriptivos y 3 revisiones narrativas (RN) que investigan la posible relación entre infertilidad y disfunción sexual.
Uno de los estudios(1) investiga la prevalencia y predictores de problemas sexuales, estrés en la relación y depresión de parejas infértiles. Los datos fueron obtenidos de parejas a las que se les realizaba la evaluación inicial de infertilidad en dos centros de atención terciaria. Las parejas incluidas completaron una serie de cuestionarios: las mujeres: el Female Sexual Function Index (FSFI) y el Self-Esteem and Relationship (SEAR); los hombres: el SEAR y el International Index of Erectile Function (IIEF). Ambos completaron la escala de depresión Center for Epidemiological Studies Depression Scale (CES-D) y el Short Form-36 (SF-36) para evaluar la calidad de vida. También se tomaron los datos demográficos y posible comorbilidad.
La población a estudio la constituyeron 121 parejas. La edad de la mujer y el varón promedio fue de 32 +/- 5 y 35 +/- 7 años, respectivamente. La mayoría (92 %) de las parejas estaban casadas. La duración media de la relación y el matrimonio fue 6,4 +/-3,9 y 3,8 +/- 3,2 años, respectivamente. La media de duración de intento de concepción de 24 +/- 24 meses. En la escala CES- D el 19% las mujeres tenían depresión moderada y el 13 % tienen depresión severa. En el SF- 36, las mujeres informaron de puntuaciones significativamente peores en la subescala de Salud Mental (media = 47.8, P < 0,05) en comparación con los valores normativos. La puntuación media total del FSFI fue de 28 +/- 7 (puntuación máxima de 36), en el 26 % de las mujeres con resultados por debajo de 26.55, un corte establecido para alto riesgo de disfunción sexual femenina. La puntuación del FSFI tuvo una correlación positiva moderada con las puntuaciones del IIEF en los hombres (r = 0,37, P < 0,01), y hubo tendencia hacia una correlación negativa con la CES-D en mujeres (r = -0.16, P < 0.06). Estas relaciones se mantuvieron en el análisis multivariado. Se concluye que la depresión y la disfunción sexual son frecuentes en la parte femenina de las parejas infértiles. La función sexual femenina está positivamente correlacionada con la función sexual de su pareja masculina en esta población.
Se recomienda realizar estudios adicionales sobre la sexualidad en la población infértil para aclarar la relación entre los problemas sexuales y la infertilidad. No estando claro en el momento del estudio (2008) si la disfunción sexual conduce a la infertilidad o la infertilidad conduce a la disfunción sexual. Con toda probabilidad, los dos trastornos son sinérgicos: uno que conduce a la exacerbación del otro. Sería interesante determinar de forma prospectiva si el tratamiento de las disfunciones sexuales no tiene un impacto positivo en los resultados del embarazo en esta población, y viceversa. Medidas de resultados secundarios de interés serían: cambios en la calidad de la relación, sensación de bienestar físico y salud mental.
El otro estudio descriptivo, observacional y transversal(2) analiza la vivencia de la sexualidad en parejas en tratamiento de infertilidad, entre noviembre de 2007 y abril de 2008. Se repartieron 196 cuestionarios, respondieron el 75,25% (n= 73) de los varones y el 81,63% (n= 80) de las mujeres. Se agruparon las variables en 7 bloques: satisfacción sexual, deseo, orgasmo, frecuencia sexual, excitación, lubricación y dolor. Como resultado significativo (p <0,001) destacó la diferencia entre hombres y mujeres respecto a los aspectos de satisfacción en su vida sexual, el nivel de excitación y la frecuencia de orgasmo. También se analizaron las relaciones entre las variables estudiadas y las variables independientes (sexo, edad, tiempo que llevaban buscando la gestación en años y tiempo en la consulta de esterilidad). Concluye que es importante destacar la cantidad de muestra conseguida, que permite obtener resultados que revelan que los varones presentan una satisfacción sexual y una frecuencia de deseo menor que las mujeres, así como una mayor frecuencia en alcanzar el orgasmo. En base a los resultados se señala que es primordial que los profesionales que están en contacto con estas parejas incidan en la importancia de compartir otras prácticas eróticas, como la intimidad física y emocional no coital, pues las parejas infértiles son orientadas a veces tan directamente hacia el objetivo de la reproducción que terminan por eliminar cualquier otro contacto físico que no sea el coito.
El estudio recomienda, en futuras investigaciones, estudiar la relación de pareja en diferentes esferas, no sólo la sexual, puesto que los factores y componentes que forman la pareja interaccionan en múltiples aspectos. Otra línea de investigación sería comparar la población fértil con la infértil, ya que se han realizado muy pocos estudios al respecto, y podrían aclarar si los efectos de la sexualidad están causados por la infertilidad o por la relación de pareja propiamente dicha. También sería interesante conocer los efectos de la sexualidad según el tratamiento recibido (FIV, inseminación, etc.), la causa o el origen de la infertilidad (varón, mujer o desconocida).
Una RN(3) examina la literatura publicada hasta 2010 sobre trastornos sexuales en las parejas infértiles. Indica que hay una fuerte relación entre los trastornos sexuales y el deseo insatisfecho de paternidad/maternidad y esboza los posibles efectos de diagnóstico y tratamiento en el contexto de la medicina reproductiva en la sexualidad de la pareja. Tras la revisión bibliográfica se concluye que las disfunciones sexuales (de origen orgánico o psíquico) como causa de esterilidad involuntaria son relativamente inusuales. En la mayoría de los casos, la razón de los problemas de fertilidad se encuentra en otra causalidad orgánica. Por el contrario los trastornos sexuales (temporales) que resultan de diagnóstico y tratamiento médico son comunes en las parejas con problemas de fertilidad, estando las mujeres afectadas con más frecuencia que los hombres. Las mujeres infértiles sufren más alteraciones en la fase de excitación, mientras que sus parejas están más afectados por eyaculación precoz que por disfunciones eréctiles. Estos trastornos no suelen ser clínicamente relevantes en el sentido de que requiere un tratamiento específico, por lo que la terapia de pareja o terapia sexual es indicada raramente. En consecuencia, el asesoramiento para parejas con deseo insatisfecho de paternidad/maternidad debe incluir siempre, por parte del terapeuta, una referencia explícita y adecuado tacto acerca de la sexualidad y de los trastornos sexuales (funcionales), junto con la evaluación general de la estabilidad de la relación de pareja y el estrés emocional causado por la infertilidad o por el tratamiento médico diseñado para obviarlo. Los resultados de algunos estudios sugieren que la falta de hijos involuntaria a largo plazo deteriora la vida sexual de la pareja, aunque pueden tener otros factores que influyan en dicho deterioro, por lo que debe determinarse mediante estudios longitudinales cuidadosamente diseñados que involucren un número suficientemente grande de casos. El mismo autor realiza otra RN (4) posterior (2011-2012), también sobre los trastornos sexuales en las parejas infértiles del mismo , que incluye 10 estudios. Señala que los resultados encontrados fueron muy inconsistentes, y las tasas de respuesta bajas. Las muestras discordantes e instrumentos de evaluación, junto con las bajas tasas de respuesta, indican que no hay conclusiones válidas acerca de los trastornos sexuales en las parejas infértiles. Indica que la nueva investigación que se realice tendrá que encontrar una forma adecuada de hacer frente a estas deficiencias metodológicas.
La tercera RN(5), que describe los trastornos sexuales que pueden estar implicados en la infertilidad, así como las disfunciones sexuales que pueden aparecer durante la reproducción médicamente asistida, incluye 27 estudios. Señala que los problemas sexuales son comunes en las parejas infértiles, pero dichos problemas deberían ser evaluados antes del proceso de la reproducción asistida. La mayoría de las disfunciones secundaria (disfunción eréctil, deseo sexual hipoactivo, disminución de la actividad sexual, etc.), deben ser explicadas y examinadas en todo el proceso diagnóstico y terapéutico. Se requiere un enfoque sexológico multidisciplinario, integrando, adaptado y específico que se debería extender más allá del nacimiento o la adopción del niño. En el tratamiento de la infertilidad es importante la discusión sistemática abierta sobre temas de sexualidad para evaluar la importancia y la gravedad de la disfunción sexual. Por último, en algunos casos, es necesario ayudar a los pacientes a reconstruir su sexualidad como una fuente de placer tras finalizar el período de reproducción asistida.