La búsqueda realizada no ha localizado ensayos clínicos aleatorios en los que se evalúe la efectividad de los productos disponibles para desobstruir una sonda de alimentación enteral ocluida. En todo caso, un sumario de evidencia(1) y una revisión de la literatura(2) coinciden en que ante una obstrucción la primera medida a utilizar, por su bajo coste, disponiblidad y seguridad, es la irrigación con agua templada. La utilización de enzimas pancreáticas alcalinizadas también se muestra como una opción efectiva aunque se carece de estudios bien diseñados que confirmen esa eficacia y que establezcan los regímenes terapéuticos a seguir en base a las características del paciente.
Respecto a la utilización de refrescos de cola, se han localizado dos estudios in vitro comparativos(3,4), ambos de finales de los 80, en los que se compara la efectividad de diversas sustancias, entre ellas estas bebidas, en la desobstrucción de sondas de alimentación enteral. En ninguno, los refrescos de cola mostraron ser superiores al agua.
El sumario de evidencia de Uptodate sobre los cuidados habituales de los tubos de gastrostomía(1) establece como pilares fundamentales en el manejo de la sonda de gastrostomía: asegurar que la porción externa está posicionada correctamente para evitar la compresión de los tejidos (entre los refuerzos internos y externos); mantener limpio el sitio de la gastrostomía; y lavar periódicamente la sonda para evitar la obstrucción (se deberían realizar irrigaciones de 20 ml de agua después toda la administración de medicamentos o alimentación para disminuir el riesgo de obstrucción).
Respecto a la disfunción de la sonda secundaria a la oclusión de esta por medicaciones o el alimento, comenta que es de los problemas más comunes y propone como medidas para evitarla: el que los fármacos se administren en forma líquida (si está disponible) o disueltos en agua o una sustancia líquida apropiada; la búsqueda de vías alternativas (vía intravenosa, intramuscular, subcutánea, intranasal o rectal) a los medicamentos que no pueden ser aplastados; evitar la administración de laxantes (por ejemplo, psyllium ) y resinas (por ejemplo, colestiramina) a través de la sonda; y transmitir a los pacientes y cuidadores la importancia de lavar la sonda con al menos 20 ml de agua tras la administración de todos los medicamentos y la fórmula enteral.
En el caso de obstrucción, se establece que el primer paso es el lavado del tubo usando una jeringa de 60 ml. El sumario refiere que el mejor irrigante es el agua templada, que se ha mostrado superior a otros líquidos como zumos o refrescos de cola(3). Añade que la utilización de enzimas pancreáticas disueltas una solución de bicarbonato también puede ser eficaz (la mezcla se deja reposar dentro del tubo de gastrostomía, enjuagando, a los dos a tres minutos, con agua). Como opción a utilizar proponen "pancrelipasa" (en España comercializado Kreon®) aplastada con una tableta de bicarbonato de 650 mg, mezclados ambos con agua templada en una jeringa de 10 ml.
Si esta técnica fracasa, la sonda de gastrostomía se puede limpiar con un cepillo de citología endoscópica o un cepillo especialmente diseñado para sonda de gastrostomía
La revisión de la literatura(2), realizada con el objetivo de revisar la eficacia y la seguridad de los agentes utilizados para prevenir y tratar la formación de obstrucciones en los tubos de alimentación enteral, analizó la información aportada por tres estudios in vitro, un ensayo clínico aleatorizado en vivo (agua frente a zumo de arándanos en una muestra de 30 pacientes), y un estudio descriptivo. En la prevención de la obstrucción de la sonda, se concluyó que el agua era comparable en eficacia a los refrescos de cola, mientras que resulta más fácilmente obtenible y más rentable. Ambos productos (cola y agua) fueron superiores en eficacia al zumo de arándanos. Para la resolución de una obstrucción, los autores precisan que la evidencia existente sobre la eficacia de cualquier agente individual es limitada y que se necesitan estudios comparativos in vivo de los productos actualmente disponibles. Como primera opción a utilizar recomiendan que se debería usar agua estéril, en base a su eficacia probada, su bajo coste y el perfil favorable de efectos adversos. Otras bebidas, como la soda carbonatada o el zumo de arándanos, no se recomiendan por el riesgo de empeoramiento de la obstrucción y la ausencia de evidencia de su eficacia. Respecto a los nuevos agentes comercializados (nuevas formulaciones de enzimas pancreáticas y productos para tratar mecánicamente las obstrucciones) indican que faltan estudios bien diseñados que establezcan su seguridad y eficacia.
Por su reciente publicación y por haber sido realizado en un contexto clínico, mencionamos un estudio descriptivo retrospectivo(5) en el que se evalúa la efectividad mostrada por un preparado farmacológico compuesto por enzimas pancreáticas (pancreatina: lipasa, proteasa y amilasa; Kreon®) en pacientes (adultos y niños) en los que se administró como consecuencia de presentar oclusión de sus sondas enterales. Las enzimas pancreáticas (12000 unidades disueltas en 650 mg de bicarbonatos sódico y agua estéril) fueron administradas a 83 pacientes con un total de 118 sondas obstruidas. La funcionalidad de la sonda se restauró en 53 de los 110 oclusiones incluidas en el análisis de los datos (tasa de resolución del 48,2%).