La búsqueda en las bases de datos de estudios Medline y Embase, y en el buscador genérico Google Académico, no ha identificado ensayos clínicos o estudios comparativos en los que se evalúen los efectos adversos, dermatológicos o de otro tipo, asociados a la administración intraarticular de dexametasona frente a los que aparecen con el uso de acetónido de triamcinolona.
La ficha técnica de acetónido de triamcinolona(1) incluye, entre las posibles reacciones adversas asociadas a su administración por cualquier vía, la aparición de piel delgada y frágil, y con la administración intramuscular la posibilidad de atrofia subcutánea y cutánea. No se menciona este efecto cutáneo entre las reacciones adversas relacionadas de forma específica a la administración intraarticular de acetónido de triamcinolona.
La evaluación de fármaco triamcinolona de Uptodate(2) también comenta entre las reacciones adversas dermatológicas significativas, la atrofia, cutánea y/o subcutánea, con una frecuencia no definida.
Por otra parte, la ficha técnica de la solución inyectable de dexametasona(3) no señala la atrofia cutánea entre los posibles efectos adversos asociados a la utilización sistémica de este fármaco.
Sin embargo, en la evaluación del fármaco de Uptodate(4), dentro de las reacciones adversas dermatológicas significativas asociadas a dexametasona sistémica, se indica la posibilidad de atrofia de la piel, también con una frecuencia no definida.
Un sumario de evidencia de Uptodate(5) sobre las infiltraciones intraarticulares y en tejidos blandos, resume, en base a los estudios realizados con los diferentes glucocorticoides inyectables y la experiencia clínica:
- La metilprednisolona (no comercializada en España) y la triamcinolona causan menor rubefacción tras la inyección que otros agentes de acción prolongada.
- El acetónido de triamcinolona y la triamcinolona hexacetónido (no comercializada en España) son menos solubles y, por tanto, de acción más prolongada .
- Con la dilución del glucocorticoide con un anestésico local (habitualmente lidocaina) se observa menos atrofia de los tejidos blandos y menos probabilidad de rotura tendinosa.
Como recomendaciones, el autor de sumario propone utilizar triamcinolona acetónido para inyecciones intraarticulares y de tejidos blandos, en dosis estándar de 40 mg (1 ml) para articulaciones grandes (rodilla, hombro); de 30 mg para las articulaciones de tamaño mediano (muñeca, tobillo, codo); y de 10 mg para los espacios pequeños (articulaciones metacarpofalángicas e interfalángicas proximales, vainas de los tendones). Como glucocorticoides alternativos para inyección intraarticular sugiere el acetato de metilprednisolona y el hexacetónido de triamcinolona (ambos no disponibles en España)
El autor indica que utiliza la dilución de la preparación de glucocorticoide con un volumen igual del anestésico local lidocaína ante dos indicaciones específicas: verificar la efectiva colocación de la aguja dentro de un sitio anatómico complejo, como el hombro, en base a la respuesta analgésica; y disminuir la atrofia de las estructuras ligamentosas de las pequeñas articulaciones de la mano. Sin embargo, añade que considera aceptable la dilución habitual de los glucocorticoides para inyección con anestesia local.
La búsqueda de artículos científicos ha localizado una serie de estudios en los que se describen casos de atrofia cutánea y/o hipopigmentación tras inyecciones musculoesqueléticas de corticoides (en general secundarias a la administración de triamcinolona, glucocorticoide más utilizado en infiltraciones intraarticulares). Entre ellos, destacamos el informe de un caso(6) por su reciente publicación y por estar realizado en nuestro entorno. En este trabajo, los autores comentan la aparición de atrofia, hipopigmentación y fragilidad cutánea a nivel de codo derecho de una paciente de mediana edad en la que se realizaron 2 infiltraciones en intervalos de 4 semanas (en este caso se utilizó una mezcla de 1cm3 de acetato de betametasona más 1cm3 de anestésico local). La patología que motivó el tratamiento fue una epicondilitis de codo derecho, sin respuesta a tratamientos previos, y los signos cutáneos se apreciaron un mes después de la última infiltración.