No se han encontrado descritas interacciones en la administración de N-acetil-cisteina (NAC) y de paracetamol(1). Por otra parte la búsqueda realizada no ha identificado ningún ensayo clínico que valore la eficacia de la NAC en adultos diagnosticados de infecciones respiratorias altas.
La ficha técnica del producto que está comercializado con ambos principios activos(2) no informa de interacciones, ni de problemas por la administración conjunta de ambos fármacos.
El papel que realiza como antídoto la NAC en la intoxicación aguda provocada por paracetamol, lo realiza a nivel de funcionamiento hepático: "NAC es un precursor del glutatión hepático, al que replecciona, para así poder combinarse con los metabolitos tóxicos e inactivarlos, además de actuar favorablemente sobre la hepatotoxicidad por mecanismos inespecíficos"(3).
No se ha identificado ningún estudio que evalúe la eficacia de la administración de forma conjunta de NAC y de paracetamol en procesos catarrales.
Tampoco hemos localizado ningún ensayo clínico, realizado en población adulta diagnosticada de infecciones respiratorias altas, que evalúe el efecto de la administracion de NAC. Una revisión narrativa, publicada en 2009(4), resume la evidencia del empleo clínico de la NAC y, en relación a infecciones respiratorias, concluye que:
- En pacientes diagnosticados de enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la administración de NAC se asocia a una ligera preservación de la función pulmonar (Nivel de evidencia C)* y a una pequeña reducción de las recidivas (Nivel de evidencia B)*
- En pacientes diagnosticados de gripe se asocia a una leve atenuación de los síntomas (Nivel de evidencia B)*
- *Mirar en el texto la correspondencia de los niveles de evidencia.
Una revisión sistemática de la Biblioteca Cochrane realizada en niños con infeccion respiratorias agudas(5)incluyó tres ensayos con NAC con un total de 209 participantes. El metaanálisis analiza en conjunto los estudios de los dos mucolíticos (NAC y carbocisteína) concluyendo que los ensayos, de pequeño número de casos y de baja calidad metodológica, mostraron algunos beneficios de los agentes mucolíticos en niños mayores de 2 años, aunque las diferencias fueron de poca relevancia clínica.