En la documentación seleccionada se muestra que la utilización del inhibidor selectivo de la aromatasa anastrazol implica un riesgo de enfermedad tromboembólica venosa (ETV) aunque dicho riesgo parece ser menor que el asociado al uso de tamoxifeno:
En la publicación de los resultados iniciales del ensayo clínico aleatorizado “Arimidex, Tamoxifen, Alone or in Combination” (ATAC)(1), diseñado para comparar la eficacia y seguridad de anastrozol frente tamoxifeno (ambos administrados como tratamiento adyuvante para cáncer de mama en estadio temprano en mujeres posmenopáusicas) se notificaba que, tras una mediana de seguimiento de 33,3 meses, en el grupo de pacientes en tratamiento con anastrozol (N=3092), la frecuencia de cualquier accidente tromboembólico era del 2,1% (n= 64) y de un evento tromboembólico venoso profundo (incluido embolismo pulmonar) del 1% (n= 32). La posterior publicación de sus resultados finales(2), una vez finalizado el periodo de tratamiento de 5 años (mediana de seguimiento de 68 meses), mostraba una frecuencia de eventos tromboembólicos venosos en general del 2,8% (n= 87 de las 3092 pacientes incluidas en el grupo de anastrozol grupo) y de accidente tromboembólico venoso profundo (incluido embolismo pulmonar) del 1,6% (n= 48).
Una revisión sistemática(3) sobre la toxicidad de tratamiento hormonal adyuvante en pacientes postmenopáusicas con cáncer de mama, indicaba que la utilización a largo plazo de los inhibidores de la aromatasa, en general, se asociaba a un menor riesgo de trombosis venosa en comparación con el tamoxifeno: se identifica una reducción del 45% en la probabilidad relativa (odds) de trombosis venosa en el grupo tratado con inhibidores de la aromatasa en comparación con el grupo de tamoxifeno (OR = 0,55, IC 95% = 0,46 a 0,64, P <0,001). En este estudio, la incidencia de trombosis encontrada con inhibidores de la aromatasa fue del 1,6% (del 2,8% en el grupo de tamoxifeno; diferencia en el riesgo absoluto del 21,3%; número necesario para dañar = 279).
Otra revisión sistemática publicada en 2004(4) evaluaba concretamente el riesgo de enfermedad tromboembólica asociada al tratamiento hormonal adjuvante del cáncer de mama y concluía respecto a anastrozol que:
- El tratamiento con anastrozol es un factor de riesgo independiente de ETV, porque el uso de anastrozol aumenta la incidencia de ETV en comparación con la incidencia entre las mujeres sanas que no reciben terapia hormonal.
- Hay evidencia que sugiere que el uso de anastrozol se asocia a un menor riesgo de ETV que la utilización de tamoxifeno en las mujeres con enfermedad en estadio temprano. Sin embargo, matiza que esta menor probabilidad no implica un riesgo "insignificante" o "inexistente".
No se han encontrado guías de práctica clínica o sumarios de evidencia en los que se mencione el abordaje de la situación clínica de una paciente que sufre un evento tromboembólico venoso durante el tratamiento con anastrozol u otro inhibidor de la aromatasa.
Se ha localizado el informe de un caso(5) de una paciente de 80 años que durante el tratamiento con anastrozol sufrió un embolismo pulmonar bilateral. La paciente recibió tratamiento anticoagulante y no se suspendió la terapia con anastrozol. Los autores consideran que en la decisión de mantener el tratamiento con un inhibidor de la aromatasa en una situación similar habría que valorar el riesgo de recaida del cáncer de mama frente al potencial riesgo de recurrencia de la trombosis con anastrozol además, de sopesar los riesgos de la anticoagulación frente a los potenciales beneficios de continuar la terapia adyuvante.