Se han encontrado diversas Guías de Práctica Clínica (GPC), protocolos, Procedimiento Recomendado (PRBE) y Sumario de Evidencia (SE) que detallan las intervenciones para dar Cuidados Post Morten (CPM) a los pacientes fallecidos en el hospital, cuidados a los familiares de estos, apoyo al equipo sanitario y hacen consideraciones legales a tener en cuenta.
Una GPC(1) para el personal responsable tras el fallecimiento incluye recomendaciones para los cuidados antes, durante y después del fallecimiento. Incluye un diagrama detallado de los pasos a seguir en los cuidados del fallecido. Señala que entre los CPM se debe tener en cuenta: el respeto a la espiritualidad o cultura del fallecido y sus familiares /cuidadores; preparación del cuerpo antes de trasladarlo al depósito mortuorio o al tanatorio; ofrecer a los familiares/cuidadores participar en el proceso de los CPM; asegurar dignidad y privacidad; garantizar protección de la salud y la seguridad a todos los que participan directamente en el proceso; cuidar el deseo del fallecido de donar órganos y tejidos; entregar a los familiares las pertenencias del fallecido, etc.
Un protocolo(2) revisado en 2010 para los CPM detalla: los recursos necesarios, las precauciones, la información a la familia, la técnica sobre: anotaciones y registro y cuidados post-procedimiento. Recomendando finalmente: realizar el procedimiento y el traslado con la mayor discreción posible; si se hace entrega a la familia de objetos de valor pertenecientes al fallecido/a, procurar que esté presente otro miembro del equipo; si el fallecido/a no tuviese familia, guardar todas sus pertenencias en una bolsa perfectamente identificada y avisar y entregar al supervisor/a de unidad o de guardia o al encargado de celadores.
Un PRBE y SE(3) sobre los CPM y amortajamiento de un paciente fallecido señala y desarrolla varios parámetros a tener en cuenta:
- Cuando ha cesado la respiración: anotar la hora y tapar la cama; informar al médico responsable, que examinará al paciente y certificará la muerte. (Nivel IV); dejar sólo una almohada, tender el cuerpo completamente y estirar las extremidades; cerrar los ojos del paciente; si es necesario, mantener los párpados cerrados con gasas húmedas; limpiar la boca y colocar las prótesis dentales y si no es posible recolocarlas, guardarlas en una bolsa de papel etiquetada; sujetar la mandíbula inferior con una toalla enrollada; retirar todas las joyas y entregar los objetos de valor a la enfermera al cargo; cubrir el cuerpo con una sábana; no se debe proseguir con el procedimiento hasta que el médico responsable haya examinado al paciente y los familiares lo hayan visitado si así lo desean; si los familiares desean ver al fallecido, retirar las gasas de los ojos y la toalla enrollada y arreglar el cuerpo.Una vez certificada la muerte: recoger el material utilizado; extraer los catéteres intravenosos, la aspiración gástrica, los catéteres permanentes, etc.; quitarle al paciente la ropa; lavarle si es necesario; quitar los drenajes de las heridas y cubrir firmemente con gasas y esparadrapo; cubrir la zona perianal con el empapador; la enfermera que lleve a cabo los cuidados post-mortem se responsabilizará de recoger las pertenencias del paciente; si los familiares desean que el fallecido los conserve, se les debe indicar que se los den al responsable funerario; limpiar la estancia del paciente una vez retirado el cuerpo de la habitación. Señala que, para muertes por causas naturales: no se debe lavar el cuerpo. Prepararlo según la legislación y las prácticas forenses aplicables. Tampoco retirar las sondas, gasas ni suturas, (Nivel IV), sólo desconectar y cerrar o sellar. Se deben seguir los procedimientos con dignidad y respeto. En conclusión, el amortajamiento se debe realizar de forma que demuestre cuidado y respeto por el fallecido y por sus familiares y amigos.
- La 2ª parte de un procedimiento(4) tras el fallecimiento revisa la preparación del cuerpo de un paciente fallecido antes de trasladarlo al depósito mortuorio y los asuntos a considerar cuándo los parientes ven el cuerpo. La 1ª parte (5) del procedimiento explora las reacciones de dolor de los parientes y la importancia de proporcionar cuidados considerando que se debe tener en cuenta las diferencias de creencias y cultura. Esta 2ª parte recomienda: proporcionar una habitación privada con asientos; quitar los dispositivos médicos; reemplazar la ropa de cama; asegurarse que el entorno está limpio; garantizar que los otros pacientes cercanos reciben apoyo acerca de lo sucedido; etc. Con respecto a la preparación del cuerpo, recomienda: posición recta del cuerpo, considerando las creencias religiosas; los pacientes podrían ser lavados a no ser que lo prohíban sus creencias religiosas; considerar implicar a los parientes en lavar el paciente; peinar y rasurarlo; lavar boca, asegurar dentadura si la lleva puesta (algunas culturas prefieren quitarla) y cerrar la boca; cerrarle los ojos aplicando una ligera presión en los párpados durante unos minutos; asegurarse que cara y manos están expuestas; etc. Con respecto a la preparación de la familia: comunicar de forma delicada que podrán ver al difunto; asegurarse de que una enfermera los acompañará y estará a su disposición; preguntar si necesitan la presencia de un líder espiritual o celebrar alguna ceremonia; asegurar privacidad; proporcionar tiempo suficiente para que pasen los últimos momentos con el fallecido.
Una GPC(6) para los cuidados al final de la vida en la unidad de vigilancia intensiva (UVI) hace diversas consideraciones tras el fallecimiento: 1. Notificación de la muerte (se tendría que evitar eufemismos y utilizar lenguaje sencillo y empático). 2. Determinación de muerte cerebral. 3. Donación de órganos (Los profesionales de UVI son responsables de la integridad del proceso de donación del órgano en colaboración con la organización de distribución de órganos; y de las peticiones a las familias teniendo en cuenta los posibles deseos verbalizados por el paciente). 4. Servicios de duelo y apoyo (servicios esenciales al ofrecer cuidados paliativos de calidad, tanto para la familia como para el profesional sanitario; apoyo ante el inminente fallecimiento, lo que incluiría: CPM, planes para el funeral, decisión acerca de posible autopsia, etc. Tras el fallecimiento de un paciente, es beneficioso para los familiares: darles información sobre recursos educativos y espirituales, grupos de apoyo, e información para el contacto con profesionales de salud mental especialistas en duelos. Se debe tener en cuenta que estas necesidades también las tienen, de forma parecida, los profesionales de salud y puede influir sobre la calidad de los cuidados. 5. Necesidades del equipo interdisciplinario: que también requiere sistemas de soporte y recursos para manejar la aflicción moral, el burnout, y el desorden de estrés postraumático
Otra GPC(7) para dar cuidados paliativos de calida recomienda ofrecer los CPM de forma muy respetuosa. Estos se evaluarán y se tendrán en cuenta las prácticas culturales y religiosas particulares del fallecido y la familia. El respeto a esas prácticas debe estar en concordancia tanto con la práctica de la organización como con las normativas locales. Una vez que el plan de duelo tras fallecimiento está activado, se asignará un miembro del equipo interdisciplinar para ayudar en temas como prácticas religiosas, arreglos de funeral, y planificación del entierro.