En el sumario de evidencia de Uptodate sobre exploración del recién nacido(1), se indica que los hoyuelos de la piel en la línea media del sacro, cercanos al coxis, que tienen una base visible intacta, suelen ser benignos y con poca o ninguna significación clínica. Por el contrario, los hoyuelos sacros que son profundos y de gran tamaño (mayores de 0,5 cm), que están incluidos en la parte superior o por encima del pliegue glúteo (a más de 2,5 cm del margen anal), o se asocian con otros marcadores cutáneos de defectos del tubo neural (por ejemplo, hipertricosis, y decoloración), tienen más probabilidades de estar asociada con un defecto del tubo neural subyacente. Si un hoyuelo sacro tiene alguna de estas características, se debe realizar una ecografía para la detección de un defecto del tubo neural.
En la serie más reciente referida en Uptodate, se estudiaron un total de 254 lactantes con anomalías en la zona del sacro(2). De los 125 que presentaban un hoyuelo simple (definido como la presencia de una depresión de la piel separada al menos 2,5 cm del ano ó muy próximo al coxis; independiente de impresiones subjetivas de su tamaño, profundidad y trayectoria), o un hoyuelo simple asociado a lesiones de bajo riesgo (manchas mongólicas o desviación del pliegue glúteo), la ecografía no detectó hallazgos patológicos. El estudio concluye que los niños con un hoyuelo simple en el sacro no precisan la realización de una ecografía ni de ningún otro estudio de imagen.