En las guías de práctica clínica y sumarios de evidencia revisados sobre el manejo del paciente quemado no se menciona la utilización de albúmina intravenosa entre las medidas a utilizar, ya sea en población pediátrica como en adultos.
Localizamos dos revisiones sistemáticas que incluyen entre los estudios a evaluar trabajos realizados con población pediátrica y que presentan resultados contradictorios:
- En una revisión sistemática de la Cochrane(1) publicada en 2004 (N = 8452) se concluye que "no existen pruebas de que la albúmina reduzca la mortalidad comparada con opciones más baratas como la solución salina en pacientes con hipovolemia. No existen pruebas de que la albúmina reduzca la mortalidad en pacientes en estado crítico con quemaduras e hipoalbuminemia. Todavía es cuestionable la posibilidad de que existan poblaciones de pacientes altamente seleccionados en estado crítico, a los cuales pueda indicárseles la albúmina. Sin embargo, ante la ausencia de pruebas de un beneficio de la albúmina en la mortalidad y el gran costo de la albúmina comparada con otras alternativas como la solución salina, parece razonable que la albúmina sólo se use en el contexto del ensayo controlado aleatorio bien ocultado y de poder estadístico adecuado."
- Sin embargo en otra revisión sistemática y meta-análisis(2) publicada también en 2004 (N = 3782) se encontró que la morbilidad global fue significativamente menor en los pacientes que recibían tratamiento con albúmina que en los pacientes control (riesgo relativo [RR]: 0,92; intervalo de confianza [IC]: 0,86-0,98), con un número necesario a tratar (NNT) con albúmina para evitar una complicación de 44 pacientes. El análisis de los resultados por patologías concretas muestra una tendencia hacia la reducción de la morbilidad en los ensayos en los que los pacientes sufren quemaduras, hipoalbuminemia o son neonatos de alto riesgo, mientras que para la ascitis, hubo un beneficio estadísticamente significativa. No se encontró un efecto de la albúmina en los ensayos sobre cirugía, traumatismos o en otras indicaciones. En cuanto al tipo de complicaciones se observó un efecto estadísticamente significativo en la reducción, mediada por la albúmina, de las complicaciones renales, hepáticas, y gastrointestinales. La dosis de albúmina en el grupo control afectó significativamente a la incidencia global de complicaciones (p = 0.002): en 32 ensayos en los que no se administró albúmina al grupo control, el RR de morbilidad fue de 0,77 (IC: 0,67-0,88) en comparación con un RR de 0,89 (IC: 0,80-1,00) en los 20 ensayos con pacientes control que recibieron dosis bajas de albúmina y de 1,07 (IC: 0,96-1,20) en los 19 en los que el grupo control recibió dosis moderadas de albúmina.
Por otra parte, destacamos los resultados de una serie de casos(3) de 27 niños (edad 7 +/- 6 años) con quemaduras en más del 40% de su superficie corporal (media 59 +/- 18%) que se evaluaron durante las primeras 4 semanas de atención sanitaria. El protocolo de tratamiento planteado establecía la utilización de albúmina intravenosa cuando la albúmina plasmática fuese menor de 1,0 g/dL, o inferior a 1,5 g/dl en presencia de intolerancia a la alimentación enteral o disfunción pulmonar. Todos los niños presentaron hipoalbuminemia fisiológica profunda (en ninguno de los pacientes la albumina plasmática nunca fue superior a 2,5 g/dL) y, siguiendo el protoloco, el 70% (n = 19) de ellos precisó una infusión de albúmina intravenosa por presentar cifras de albúmina plasmática inferiores a 1,0 g/dL. La diarrea fue insignificante (19 de 756 días-paciente), la alimentación nasogástrica fue bien tolerada, la relación PaO2/FiO2 se mantuvo muy por encima de 150, las heridas cicatrizaron satisfactoriamente, y todos los niños sobrevivieron y fueron dados de alta. En base a estos hallazgos los autores concluían que la hipoalbuminemia fisiológica profunda (albúmina plasmática de 1,0-2,5 g/dL) no tiene efectos adversos sobre la función pulmonar o intestinal, la cicatrización de las heridas, o el resultado clínico en niños con quemaduras severas.