Una revisión narrativa, sobre terapias controvertidas en enfermedades alérgicas, publicada en 1983(1) revisa, entre otras, la inmunización autóloga de orina. Comenta que fue introducida en 1947 por Plesh. Este autor, en una publicación de 12 casos tratados con inyecciones intramusculares de su propia orina, relata una mejoría de síntomas como asma, urticaria o alergia alimentaria. Entre los efectos secundarios describe vómitos, inflamación local, diarrea, dísnea e hipotensión. Además, en la revisión y en base a la presencia en la orina humana de antígenos de la membrana basal glomerular, se comenta la posibilidad que la orina humana sea una fuente de nefritis inmunógena.
En otra revisión, presentada como comunicación científica en un congreso de urólogos británicos en el 2009(2), se resume una revisión bibliográfica amplia sobre urinoterapia realizada en PubMed y en Internet. Concluye que no identificaron ningún estudio científico que haya probado un beneficio de la orinoterapia en tratar enfermedades.
La búsqueda realizada en Medline, Embase,Tripdatabase y Google Scholar no ha identificado ningún otro estudio realizado de tratamiento con orina autóloga en problemas de alergia.