No se han encontrado datos específicos de incidencia de hemorragia cerebelosa neonatal en recién nacidos a término. Un estudio de revisión, publicado en el 2008(1) sobre la hemorragia cerebelosa en recién nacidos de bajo peso, sitúa la incidencia de esta complicación, para este grupo de neonatos, en un 2.7%. Como factores de riesgo para la hemorragia cerebelosa se señalan un menor peso al nacer (frecuencia mucho más elevada en recién nacidos con un peso <750gr.), la prematuridad, la presencia de un ductus arterioso y mantener durante cinco días un ph sanguíneo bajo .
De acuerdo con estudios descriptivos amplios, el empleo de la ventosa en un parto vaginal, supone un incremento de la incidencia de hemorragia intracraneal en el recién nacido, mostrando un estudio realizado en Bélgica(2) una frecuencia del 0,87% de un total de 1.123 partos con aplicación de ventosa.
- Comparado con parto vaginal espontáneo, en una serie amplia en California(3), los recién nacidos nacidos con aplicación de ventosa, presentaron una tasa más elevada de hemorragia subdural o cerebral (Odds ratio de 2.7, con IC al 95% de 1.9 a 3.9); con una tasa de 8.0 por cada 10.000 nacimientos.
- Otro estudio de Washington(4) el empleo de forceps y/o ventosa se asoció a una tasa mayor de hemorragia intracraneal (RR 3.9 ,IC al 95% de 1.5 a 10.1).
- En otro realizado en Quebec(5), comparado con el uso de forceps, la ventosa obstétrica se asoció (OR de 1.28, IC al 95% de 0.73 a 2.25) a determinados tipos de hemorragia intracraneal, como la hemorragia subaracnoidea.
Aunque hay descritos casos aislados de hemorragia cerebelosa neonatal asociados a un parto instrumental con ventosa(6,7), no se han encontrado referencias que analicen la frecuencia de esta localización de la hemorragia intracraneal en series de partos instrumentales.
En una serie de 17 casos de recién nacidos con una hemorragia cerebelosa(8), en un 30% de los casos existía un antecedente de parto instrumental. Otros factores asociados fueron: en un 25% había antecedente de cesárea, en el 55% las madres eran primíparas, presentaban un estreptococo del grupo B en el 35% y una frecuencia cardíaca fetal anormal en el 35%.