Un sumario de evidencia, publicado en el 2009, revisa los tratamientos del dolor por el "síndrome de miembro inferior fantasma" (1) . Tras analizar los estudios publicados, sus conclusiones son que:
- No hay una terapia única que sea la mejor para el dolor por miembro fantasma.
- El tratamiento precisa una aplicación coordinada de tratamiento conservador, farmacológico y terapias adyuvantes.
- Un tratamiento de "evaluación" (incluyendo prótesis de ajuste, tratamiento del dolor referido y cuidados del miembro residual) debe ser ensayado inicialmente.
- Otros tratamiento de primera línea son la estimulación eléctrica transcutánea (TENS) y el "biofeedback".
- La farmacoterapia, incluyendo opiáceos, anticonvulsionantes y antiinflamatorios no esteroideos pueden también aliviar el dolor.
- Las terapias adyuvantes (como acupuntura, calcitonina y antagonistas de receptores de N-metil d-aspartato ) no han sido investigados de forma rigurosa; pero pueden considerarse en pacientes en los que hayan fracasado otros tratamientos.
Una revisión sistemática publicada en el 2002 (2)incluyó 12 estudios con 375 pacientes. La conclusión principal es que, aunque más del 70% de las personas que sufren una amputación de un miembro inferior padecen el síndrome del miembro fantasma, hay poca evidencia derivada de ensayos clínicos randomizados para guiar a los clínicos en el tratamiento. La evidencia disponible en la analgesia epidural preventiva, el bloqueo precoz de nervios regionales o en la estimulación vibratoria, proporciona un escaso soporte para estos tratamientos. Hay una ausencia importante de investigación en este área. La sinopsis de la base de datos DARE de esta revisión, (3)comenta que no hay ningún tratamiento que sea más efectivo para calmar el dolor el el síndrome de miembro fantasma precoz, que la analgesia con opiáceos.
Una guía de práctica clínica(4) publicada en 2008, recomienda, entre otras, las siguientes acciones globales:
- Se debe contar con un equipo interdisciplinar de evaluación y tratamiento en todas las fases de la atención de todo paciente con una amputación de un miembro.
- Un plan de rehabilitación interdisciplinar y centrado en el paciente debe ser desarrollado de forma precoz y actualizado en las diferentes fases de la atención.
- La evaluación y tratamiento del dolor, empleando terapias farmacológicas y no farmacológicas, debe ser iniciada en la fase preoperatoria y continuar en la fase de rehabilitación y en la fase del entrenamiento protésico.
- Una valoración cognitiva y neuropsicológica debe ser realizada antes de la intervención para ayudar en la evaluación de las posibilidades de aprendizaje, adaptación y uso de una prótesis.
- El miembro residual debe ser tratado de forma adecuada buscando los mejores resultados posibles.
- Se debe analizar el estado musculoesquelético, de partes blandas y estado vascular del miembro contralateral, para iniciar programas educativos y valorar las necesidades de cuidados especializados.
Aunque para cada una de estas acciones va concretando actuaciones más específicas, no determina una terapia que sea la más eficaz. De la revisión de los estudios publicados concluye que dada la baja calidad y resultados contradictorios de los ensayos controlados y randomizados realizados, no proporcionan evidencia para respaldar cualquier tratamiento del síndrome de miembro fantasma, ni en la fase aguda perioperatoria, ni en la más tardía.