Evidencia Clínica en una revisión realizada en el 2003 1sitúa a la clindamicina, en asociación con la primaquina, como un tratamiento claramente beneficioso para la Neumonía por Pneumocystis carinii en personas infectadas con el VIH. Así lo confirman los resultados de tres ensayos clínicos randomizados. Por lo tanto la clindamicina está indicada y se puede utilizar en pacientes inmunodeprimidos.
Un ensayo clínico realizado en la profilaxis de encefalitis por toxoplama en pacientes infectados por VIH, publicó resultados de los efectos secundarios y toxicidad de la clindamicina 2. Un 31% de los pacientes tratados con clindamicina informó de diarrea y un 21% de un exantema por hipersensibilidad ("rash"). Una revisión de la literatura publicada en 1992 3 informó de que en el caso de la clindamicina, al igual que otros antibióticos, las reacciones de hipersensibilidad fueron más frecuentes en pacientes infectados con VIH que en la población general.
La colitis pseudomembranosa (provocada por el Clostridium difficile) es una complicación grave asociada al uso de antibióticos, en especial con la clindamicina, ampicilina y cefalosporinas. En un estudio prospectivo multicéntrico 4 realizado en tres hospitales un 18% de los pacientes, no inmunodeprimidos, tratados con clindamicina presentaron diarrea y un 2% una colitis pseudomembranosa. Entre los ingresados en una planta de infecciosas de un hospital en Francia5, la presencia de una colonización intestinal por Clostridum difficile se asoció al uso de la clindamicina (OR ajustado de 9.4 p<0.001), de penicilina (OR 3.9, p=0.018) y a una historia de infección por citomegalovirus (OR de 4.2 p=0.02); pero la infección por VIH "per se" no estuvo asociada a la colonización por C. difficile.